La popularidad de Medicina Interna entre los mejores MIR de este año, cuatro de los diez primeros la eligieron, ha marcado una tendencia durante el resto de jornadas. De hecho, en los primeros tres días se adjudicaron 112 plazas, convirtiéndose en la séptima especialidad con más plazas asignadas. “En la sociedad estamos muy contentos con los que ha pasado este año, es un hecho histórico que haya esa vuelta a los años 80 cuando Medicina Interna era muy demandada porque luego es cierto que en los últimos años los jóvenes estaban más atraídos por aspectos tecnológicos o mejores salidas laborales como ocurre en la Cirugía Plástica o la Dermatología”, explica a Consalud Antonio Zapatero, presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).
Este internista destaca que se trata “de una especialidad que refiere una gran vocación por parte del residente porque tiene que tratar de forma global al paciente”. Pero, ¿cómo es realmente la residencia de Medicina Interna?
PERFIL DEL INTERNISTA
Los MIR que decidan formarse como internistas deben ser empáticos y saber escuchar a sus pacientes, según comenta Paula Villares, jefa del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario HM Sanchinarro, en Madrid. “El internista debe estar capacitado para acompañar y paliar el dolor y el sufrimiento cuando no es posible curar, representando por tanto, una importante figura en la etapa final de la vida de muchas personas”, apunta Villares.
Luis Cabeza Osorio, internista del Hospital Universitario del Henares, en Coslada, y coordinador de proyectos internacionales en CTO Medicina, coincide con Villares y añade: “debe ser una persona con amplia inquietud científica y formativa puesto que se trata de una especialidad amplísima y que requiere una constante actualización y formación continuada”.
TIPOS DE PACIENTES
Las fuentes consultadas destacan que en términos generales el paciente que acude a la consulta es mayor, con enfermedades crónicas y polimedicado. “También es habitual ver a pacientes monopatológicos con enfermedades infecciosas, patologías emergentes, enfermedad tromboembólica venosa, enfermedades autoinmunes, entre otras”, matiza Cabeza.
HORARIOS Y GUARDIAS
Las necesidades asistenciales, la organización de cada hospital y el tiempo dedicado al estudio fuera de la jornada laboral hacen que sea difícil establecer un horario concreto, según estos especialistas.
Con respecto a las guaridas, Villares explica que “varían en función al año de residencia” aunque “se recomienda la realización de entre 4 y 6 al mes, siempre supervisadas por un médico adjunto”.
En este punto, Cabeza indica que “durante el MIR se suelen dividir entre las guardias de hospitalización convencional y las guardias en el servicio de urgencias; aunque la distribución numérica de ambas y los periodos varían según el centro”
ROTACIONES
Las rotaciones están determinadas por el programa que la Comisión Nacional de la propia especialidad, tal y como recuerda Zapatero: “se trata de un periodo que está establecido por ley para que tengan una visión global de la patología médica”.
Según la internista del Hospital Universitario HM Sanchinarro, estos MIR “pasan la mayor parte de la rotación en Medicina Interna” aunque durante su formación “rotan por Urgencias, Cardiología, Reumatología, Neurología, Nefrología, Infecciosas, UCI, Gastroenterología, Dermatología, Oncohematología, Atención Primaria, entre otras”.
PERSPECTIVAS LABORALES
Para el coordinador de CTO, Medicina Interna está experimentando un cambio: “respecto a años previos, existen más oportunidades laborales en el ámbito de hospitalización convencional, nuevas formas de hospitalización y en los servicios de urgencias”. En su opinión, también hay opciones para el internista en la práctica privada.
Villares coincide con Cabeza y añade: “Además, tiene un perfil docente e investigador que permite proyectarse en esa dirección”.