En 2021, la especialidad de Cardiología agotó la última de sus 181 plazas en el número 2.356. Año tras año, Cardiología se sitúa en el podio de las especialidades que antes cuelgan el cartel de ‘plazas agotadas’. Este año, el Ministerio de Sanidad ha convocado 11 plazas más, hasta alcanzar 192 vacantes de Cardiología de las 8.188 ofertadas por la cartera que dirige Carolina Darias.
Cardiología es una de las especialidades favoritas de los MIR y siempre suele estar entre las elegidas por los médicos que obtienen mejores números de orden obtienen. Tanto es así, que la número 6 del MIR 2019, la Dra. Ana Elvira Laffond, se decantó por esta especialidad.
La Dra. Elvira, ahora secretaria del Comité de Residentes de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), cuenta a ConSalud.es que este año volverá a agotarse de las primeras, pues es “una especialidad clínica muy diversa que atrae mucho a los médicos”.
“Cardiología es una especialidad muy atractiva por varios motivos”, explica la cardióloga. Para empezar, porque tiene “muchas facetas”, desde el cardiólogo clínico, al que se dedica a la imagen pasando por el que se centra en la hemodinámica o los cuidados intensivos. Además, “es muy resolutiva, porque muchas veces tú empiezas con el cuidado del paciente y también lo finalizas, sin necesidad de otras especialidades”.
“Nuestras guardias son malas, se duerme poco y los pacientes se pueden poner bastante malos”
Preguntada por el día a día de un cardiólogo, la Dra. Elvira comenta entre risas que la respuesta varía según qué médico sea preguntado, pues hay muchas áreas de trabajo dentro de la misma especialidad. “Está el cardiólogo que pasa consulta, el de planta, el de la unidad coronaria, el de la unidad de cuidados cardiológicos intensivos… Dependiendo de la sección, el trabajo es muy variado y cada día es distinto”. Se trata de una especialidad en la que la rutina no tiene cabida, añade la médico.
Respecto a la calidad de vida, aunque varía, en general no es demasiado buena. “Nuestras guardias son malas, se duerme poco y los pacientes se pueden poner bastante malos”. Esto se traduce en que muchas veces, los médicos deben acompañar al paciente durante toda la guardia.
Además, una vez que la enfermedad cardiovascular es la principal causa de mortalidad, el volumen de pacientes es muy elevado. En definitiva, es una especialidad “muy bonita”, pero poco tranquila. Y es que aunque “es muy gratificante ver que con lo que haces consigues salvarle la vida al paciente o mejorar su calidad de vida”, apunta la portavoz de la SEC, también está la parte mala, “cuando las cosas no salen como te gustaría y tienes que ver situaciones muy duras". Aún así, la doctora insiste en que "en general, es muy gratificante conseguir que el paciente salga bien de hospital”.
Al no ser una especialidad cómoda, “si no te gusta, es muy difícil aguantar el ritmo”
Esto es lo que hace que, en general, los residentes estén contentos con la especialidad y no registre demasiadas renuncias. No obstante, al ser una de las especialidades en el ‘top 3’, siempre hay opositores que la escogen por “numeritis”. “Hay gente que por haber conseguido un buen número en el MIR, escoge Cardiología aunque nunca les ha gustado y esos son los pocos casos de renuncia que puede haber”. Al no ser una especialidad cómoda, “si no te gusta, es muy difícil aguantar el ritmo”.
Respecto al peso de la investigación en esta especialidad, podría decirse que es la pieza angular de la Cardiología. “Todos nos implicamos mucho en trabajos de investigación durante la residencia y ha habido muchos avances en cuanto a fármacos, nuevas técnicas, dispositivos… Hace 20 años era impensable que se pudiese operar una válvula a través de una pierna. Es una especialidad en la que los avances están a la orden del día”, subraya la Dra. Elvira.
La cardióloga salmantina recomienda a los R0 que pregunten a residentes y adjuntos, se informen bien, roten por el servicio si tienen la oportunidad y si finalmente se decantan por Cardiología, está segura que “saldrán satisfechos, porque es una especialidad muy bonita”.