Ya está aquí. Las casi 80 universidades públicas y privadas que existen actualmente en nuestro país celebran estos días sus jornadas de apertura del curso académico 2024/2025, y, como cada año, un grado en concreto parece que está atrayendo más miradas que el resto: el de Medicina. Ya sea por la polémica ampliación de plazas de nuevo ingreso que ha financiado -por tercera vez en tres años- el Gobierno, por las confrontaciones que viven entre ellas algunas universidades -llegando incluso a los juzgados- o por todo el revuelvo que genera siempre el MIR posterior, lo cierto es que se esperan nueve meses de mucho movimiento y noticias que contar.
Por eso, en ConSalud.es hemos preguntado a una voz autorizada, la del vicepresidente de la Conferencia Nacional de Decanos y Decanas de Facultades de Medicina Españolas, Antonio Compañ Rosique -cuya universidad, la Miguel Hernández de Elche (UMH), es precisamente la que está inmersa en un proceso judicial con su vecina de la Universidad de Alicante (UA) por impartir el grado de Medicina en la provincia- para conocer de primera mano qué retos tienen por delante a escasos días de que arranque el curso.
"La mayoría de las facultades estamos en un proceso de adaptación y reforma curriculares de nuestros planes de estudio"
“A corto plazo, en los próximos uno o dos años, la mayoría de las facultades estamos en un proceso de adaptación y reforma curriculares de nuestros planes de estudio, en un intento de mejorar la calidad del aprendizaje y la introducción de nuevas competencias que nuestros médicos necesitarán en un futuro inmediato para poder ejercer una medicina de calidad”, afirma Compañ Rosique, quien señala, entre otros, contenidos específicos de medicina personalizada y de precisión, inteligencia artificial y big data, telemedicina y salud digital, terapias avanzadas y medicina regenerativa o salud global y medicina tropical.
Y es que, subraya el decano de Medicina de la UMH, las facultades deben “alinearse mejor” con las nuevas demandas que va teniendo el sistema de salud: “Esto incluye una mayor integración de la formación en habilidades prácticas y la incorporación de nuevas tecnologías y enfoques interdisciplinarios”. Compañ Rosique también destaca el importante papel que juega la Formación Sanitaria Especializada, en su caso el MIR (Médico Interno Residente) que todos los graduados deben afrontar para entrar a formar parte del Sistema Nacional de Salud, a la hora de adecuar sus programas formativos y guías docentes, puesto cada vez hay un mayor énfasis en esas “competencias específicas” antes mencionadas y en prácticas clínicas orientadas a la realidad laboral: “No nos cansaremos de potenciar el llamado continuum educativo entre el grado, la formación especializada y la formación continua”.
“Se está prestando más atención a la salud global, la medicina preventiva y el manejo de enfermedades crónicas"
“Se está prestando más atención a la salud global, la medicina preventiva y el manejo de enfermedades crónicas. Las facultades están incorporando más contenido sobre estos temas en sus currículos”, insiste. De igual manera, continúa, está ganando terreno la incorporación de nuevas tecnologías en la educación médica, como las simulaciones virtuales -algo que ya destacó en su momento a este periódico la decana de la Universitat de València (UV)-, algo que se refleja en la introducción de herramientas digitales en la enseñanza y en las prácticas clínicas. Aquí ya hablamos más del medio plazo, esto es, en los próximos tres a cinco años.
Pero tampoco se puede dejar de prestar atención al bienestar mental y emocional de los estudiantes de Medicina, una carrera de seis años de duración y que exige muchas horas de estudio. Por eso, dada la creciente preocupación que existe en este sentido, cada vez son más las facultades que están implementando, junto con los colegios de médicos autonómicos, “programas de apoyo más robustos y estrategias para manejar el estrés y la carga académica”. También se continúan expandiendo las oportunidades para el intercambio internacional y la movilidad académica de los futuros médicos, “lo que permite a los estudiantes ganar experiencia y perspectivas globales”.
RETOS A "MUY CORTO PLAZO"
No obstante, más allá de todos estos contenidos y programas que las distintas facultades de Medicina españolas han de seguir ampliando tanto en este curso como en los siguientes, la mayoría de sus decanos se han de enfrentar desde ya a dos necesidades acuciantes muy concretas e imperiosas de salir adelante: le llegada de más profesorado acorde al número de nuevos alumnos que han fomentado los ministerios de Sanidad y de Universidades y la obtención del sello internacional de calidad que emite la World Federation of Medical Education “y que consideramos fundamental para incrementar la calidad docente y comprobar dónde debemos mejorar”.
“Esperamos que nos permita afrontar con seguridad y calidad el incremento de la admisión de estudiantes y de creación de nuevas facultades de medicina”
Se trata de un proceso arduo y que requiere de mucho tiempo dedicado a la recopilación de documentos, por lo que la mayoría de las facultades ya están inmersas en él. Una de las pocas que ya lo tiene es la Universidad de Sevilla (US), y su decano nos explicaba hace meses cómo fueron los trámites y la importancia de obtener el sello para que sus médicos pudiesen ejercer en el futuro en países como Estados Unidos o Canadá.
En lo que respecta al profesorado, ya son varias las universidades, como la de La Laguna, en Tenerife, que han alertado del grave problema al que están teniendo que hacer frente en los últimos tiempos. Por eso, la ANECA (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación) ha entrado recientemente en juego con unos nuevos criterios que ya valoró en su momento el propio Compañ Rosique, y cuyo objetivo es facilitar la contratación de profesorado. Un reto, este, a “muy corto plazo”. “Esperamos que se traduzca en un aumento progresivo de la acreditación que nos permita afrontar con seguridad y calidad el incremento de la admisión de estudiantes y de creación de nuevas facultades de medicina”, confía el decano de Medicina de la Universidad Miguel Hernández.