Más del 80 por ciento de los pacientes Covid-19 que fueron ingresados en la 'primera ola' padecía neumonía, muchas de ellas grave, y casi un tercio necesitaron oxígeno desde su llegada a los servicios de Urgencias, según los datos publicados de los 15.000 primeros pacientes del 'Registro SEMI-COVID. Características generales y factores de riesgo', elaborado por la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), presentado en una mesa redonda en el I Congreso Nacional COVID-19 y publicado en la 'Revista Clínica Española'.
Según ha explicado el internista y coordinador del registro, José Manuel Casas, en los primeros meses de transmisión del virus en España el perfil de los pacientes era de persona mayor, predominantemente varón y con comorbilidades importantes, muy frecuentemente hipertensos, obesos y dislipémicos. Además, fue frecuente la comorbilidad cardiovascular como la insuficiencia cardiaca, fibrilación auricular y la cardiopatía isquémica.
"Los pacientes que requerían ingreso eran muy graves. Así lo atestigua la mortalidad del 21 por ciento, que es parecida a la de otras series (China, Nueva York), inferior a otras del Reino Unido y superior a alguna italiana. Aparte de las diferencias étnicas y de otro tipo en las distintas comunidades, es probable que la gravedad de los pacientes ingresados no haya sido la misma en diferentes lugares", ha explicado el experto.
El 50 % de pacientes presenta síntomas persistentes y/o alteraciones en las pruebas radiológicas a los tres meses
Ahora bien, Casas ha informado de que el grupo de investigadores va a recoger también los datos de los pacientes de la segunda oleada de contagios en España, con el fin de comprobar si el tipo de paciente hospitalizado ha cambiado (como así parece) y si también lo ha hecho el riesgo de complicaciones y la mortalidad.
Por su parte, durante el encuentro la internista miembro de SEMI, Carmen Díaz Pedroche, abordado los síntomas persistentes y posibles secuelas en Covid-19, desgranando los resultados de una acción combinada de revisión de enfermos graves y valoración telemática de sintomatología a los tres meses del diagnóstico que se ha desarrollado en el Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid.
Dicha acción, tal y como ha explicado, puso de manifiesto que el 50 por ciento de pacientes presenta síntomas persistentes y/o alteraciones en las pruebas radiológicas a los tres meses. También muestra que la sintomatología grave a los tres meses no se correlaciona con el episodio de gravedad inicial.
Asimismo, un 39 por ciento de las derivaciones por sintomatología persistente son de pacientes que no estuvieron ingresados. Según este estudio, el 80 por ciento de pacientes con disnea persistente con difusión alterada y/o alteración en la radiografía, presenta también alteraciones menores en la Tomografía Computarizada de Alta Resolución (TACAR).
EVIDENCIAS CLÍNICAS EN LA TERAPIA ANTIINFLAMATORIA
En la mesa redonda ha participado también la coordinadora del grupo de Enfermedades Autoinmunes Sistémicas (GEAS) de SEMI, Patricia Fanlo, quien ha asegurado que, con la evolución de la pandemia y en base a la evidencia científica, el control de la inflamación tiene un papel "muy importante.
De hecho, ha destacado la conveniencia de utilizar la medicina de precisión para el bloqueo de moléculas que intervienen en la denominada tormenta de citoquinas. "Obtener los resultados de los ensayos que se están poniendo en marcha en nuestro país (ANACOVIDGEAS y BREATH) para demostrar la eficacia y seguridad de los tratamientos biológicos", ha recalcado.
Finalmente, el internista y miembro de SEMI, Jorge Francisco Gómez Cerezo, ha explicado que la infección por Covid-19 se asocia a la presencia de factores de tipo cardiovascular, como la hipertensión arterial y la obesidad.
Asimismo, ha recordado que la presencia de alguno de estos factores como hipertensión, obesidad, o eventos cardiovasculares previos, se asocian también a un peor pronóstico y evolución en la infección por SARS-CoV-2. "El uso de medicamentos hipotensores o antidiabéticos es seguro en contexto COVID-19 y que es posible que la utilización de algunos de ellos (a falta de una mayor evidencia) muestre un posible efecto beneficioso en los pacientes con infección por SARS-CoV-2", ha zanjado.