El vértigo y los trastornos del equilibrio son consultas frecuentes para los otorrinolaringólogos. Según la Sociedad Española de Otorrinolaringología, el 80% de la población ha sufrido algún episodio de vértigo en su vida. Afecta a hombres y mujeres por igual, puede darse a cualquier edad aunque la incidencia es más significativa en las personas mayores.
El vértigo es la percepción de movimiento del entorno que nos rodea o de uno mismo. Hay que diferenciarlo de la acrofobia o vértigo de altura, del mareo (sensación de vacío en la cabeza y malestar), del desequilibrio (dificultad en el mantenimiento de la posición o durante la marcha) o de la cinetosis (trastorno producido por aceleraciones y desaceleraciones continuadas).
El vértigo se produce como consecuencia de un fallo o enfermedad en el sistema vestibular del oído interno. La alteración del reflejo vestíbulo-ocular genera una alteración en el movimiento de los ojos que se llama nistagmo y evita la correcta fijación de la mirada en el entorno. Es el nistagmo el responsable que el paciente con vértigo perciba que él o su entorno se mueve. La alteración del reflejo vestíbulo-espinal facilitará la caída.
El mantenimiento del equilibrio es un sistema complejo de actos reflejos que tienen la finalidad de permitir mantener la posición erecta y evitar la caída. Está formado por tres sistemas: el sistema vestibular del oído interno, el sistema visual y el sistema propioceptivo (sensibilidad de tendones y ligamentos de distintos grupos musculares).
El vértigo se produce como consecuencia de un fallo o enfermedad en el sistema vestibular del oído interno
Los tres sistemas establecen conexiones con el sistema nervioso central y con el cerebelo que integran y procesan toda la información recibida por los tres sistemas. Ello conlleva que nuestro sistema nervioso conozca, en todo momento, nuestra posición en el entorno y con ello se mantenga el equilibrio y se evite la caída durante las actividades de la vida diaria.
El sistema vestibular, situado en el oído interno está formado, por 3 canales semicirculares, el utrículo y el sáculo. Los canales semicirculares detectan las aceleraciones y desaceleraciones angulares (giros sobre si mismo y rotaciones de la cabeza). El utrículo y el sáculo, en los cuales existen unas membranas especializadas que se conocen como máculas, detectan las aceleraciones y desaceleraciones lineales (por ejemplo, la aceleración y el frenado viajando en un vehículo o en un ascensor). En las máculas hay unos micro cristales cálcicos llamados otolitos u otoconias.
El sistema vestibular genera, tras detectar los distintos movimientos cefálicos y corporales, la activación de distintos grupos musculares que nos permiten mantener la mirada fija en el entorno (reflejo vestíbulo ocular) y mantener la posición erecta, evitando la caída (reflejo vestíbulo espinal).
El vértigo no es por sí mismo ninguna enfermedad; se trata de un síntoma que puede tener distintas causas. Puede ser periférico, cuando la lesión está localizada en el oído interno; o central, por lesión en el cerebelo o en el sistema nervioso.