Rojeces, inflamaciones y picores en la piel son algunas de las señales que pueden avisarnos de que estamos sufriendo una urticaria por frío. Las bajas temperaturas y el consumo de alimentos y bebidas heladas pueden provocar estas reacciones en las partes del cuerpo más expuestas y llegar a afectar a todo nuestro cuerpo.
Se trata de una afección en la piel que aparece principalmente en jóvenes y en niños cuando entran en contacto con el frío intenso, ya sea con el viento en la calle o al sumergir el brazo en agua fría. Existen dos tipos diferentes:
- Primaria. Es el tipo más frecuente. Se desconoce su causa principal, pero parece estar relacionada con la toma de algunos medicamentos o con trastorno de la tiroides y otras enfermedades principalmente de tipo infeccioso que ha sufrido el paciente previamente, como la rubeola, la mononucleosis. En estos casos, los síntomas suelen desaparecer después de seis años.
- Secundaria. En los pacientes que sufren este tipo de afección, se detectan inmunoglobulinas en la sangre que reaccionan con frío, y que parecen estar relacionadas con dolencias más graves.
PREVENCIÓN
Desde Mayo Clinic han establecido una serie de recomendaciones para evitar este tipo de alergía al frio.
Toma un antihistamínico de venta libre antes de la exposición al frío.
Toma los medicamentos según lo recetado.
Protégete la piel del frío o de los cambios repentinos de temperatura. Si vas a nadar, primero sumerge la mano en el agua y observa si tienes una reacción en la piel.
Evita las bebidas y las comidas heladas para prevenir que se hinche la garganta.
Si el médico te ha recetado un autoinyector de epinefrina (EpiPen, Auvi-Q u otros), llévalo contigo para ayudar a prevenir reacciones graves.
Si tienes programada una cirugía, habla con el cirujano con anticipación acerca de tu urticaria por frío. El equipo quirúrgico puede tomar medidas para ayudarte a prevenir los síntomas provocados por el frío en el quirófano.