Hasta hace poco, la diabetes más común en los niños era la tipo 1, sin embargo, con el paso del tiempo ha aumentado considerablemente la diabetes tipo 2.
''Mientras que la diabetes tipo 1 suele desarrollarse repentinamente como consecuencia de una reacción autoinmune del organismo, la diabetes tipo 2 se debe fundamentalmente a malos hábitos de vida y a aspectos genéticos y familiares'', señalan desde Sanitas.
En este sentido, según explican en Centro Médico Teknon, la tipo 1 se produce en niños y jóvenes con un peso normal y tiene su origen en la destrucción de la célula b pancreática, debido a los anticuerpos que produce el propio cuerpo. El paciente deja de producir insulina o la produce en cantidades insuficientes.
La tipo 1 se produce en niños y jóvenes con un peso normal y tiene su origen en la destrucción de la célula b pancreática, debido a los anticuerpos que produce el propio cuerpo
Por otro lado, la tipo 2 se suele producir en adultos, aunque actualmente se ha incrementado notablemente en niños y jóvenes con sobrepeso. En este caso, el problema reside en que la insulina producida es poco activa y cada vez se debe producir más cantidad para conseguir el mismo efecto. Esto causa un agotamiento del páncreas.
En ambos casos, los síntomas son: sed, dolores de cabeza frecuentes, necesidad de orinar frecuentemente, fatiga, pérdida de peso e irritabilidad o cambios de comportamiento.
''Los tratamientos suelen consistir en la combinación de un par de insulinas distintas en unas 5 dosis diarias. En la mayoría de los casos se utilizan bolígrafos precargados con finas agujas para inyectarla de manera subcutánea. Este tratamiento también se puede administrar con bombas de infusión, que van inyectando la hormona continuamente en el cuerpo del paciente'', añaden desde el Centro Médico Teknon.