La depresión es una enfermedad frecuente en todo el mundo, pues se estima que afecta a un 3,8% de la población mundial, incluidos un 5% de los adultos y un 5,7% de los adultos de más de 60 años.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en un episodio depresivo, la persona experimenta un estado de ánimo deprimido (tristeza, irritabilidad, sensación de vacío) o una pérdida del disfrute o del interés en actividades, la mayor parte del día, casi todos los días, durante al menos dos semanas.
La depresión es una enfermedad frecuente en todo el mundo, pues se estima que afecta a un 3,8% de la población
Se presentan varios otros síntomas, entre los que se incluyen la dificultad de concentración, el sentimiento de culpa excesiva o de autoestima baja, la falta de esperanza en el futuro, pensamientos de muerte o de suicidio, alteraciones del sueño, cambios en el apetito o en el peso y sensación de cansancio acusado o de falta de energía.
Asimismo, detalla la OMS, en determinados contextos culturales, algunas personas pueden expresar más fácilmente sus cambios de estado de ánimo en forma de síntomas somáticos (por ejemplo, dolor, cansancio, astenia), pese a que esos síntomas físicos no se deben a otra afección médica.
La causa exacta de la depresión se desconoce. Puede ser causada por una combinación de factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos. En este sentido, tal y como destacan los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés), estos factores pueden aumentar la probabilidad de que una persona se sienta deprimida: tener familiares consanguíneos que hayan tenido depresión, haber sufrido eventos traumáticos o estresantes, pasar por un cambio significativo en la vida, tener un problema médico y tomar ciertos medicamentos.