El trastorno del espectro autista (TEA) es una afección relacionada con el desarrollo del cerebro que afecta a la manera en la que se relacionan y socializan las personas. Es común que las personas que tienen un TEA se comuniquen, interactúen, y se comporten de manera diferente a los demás. Actualmente, en España aproximadamente más de 450.000 personas sufren autismo.
Los síntomas más comunes que caracterizan a las personas que sufren autismo son: tener dificultad para relacionar con los demás, evitar el contacto visual y querer estar solos, tener dificultades para comprender los sentimientos de otras personas y para expresar los suyos mismos, repetir acciones una y otra vez, tener dificultad para adaptarse, repetir acciones una y otra vez o preferir que no se les abrace.
Este tipo de enfermedad no tiene una causa conocida. Desde Mayo Clinic señalan que la genética o los factores ambientales pueden influir en su desarrollo. Para algunos niños, los trastornos del espectro autista pueden estar asociados con otros trastornos como el síndrome de Rett o el síndrome del cromosoma X frágil. Factores ambientales como infecciones virales, medicamentos, complicaciones durante el parto o la contaminación pueden ser también fundamentales para el desarrollo del autismo.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTOS
Según la Conferación de Autismo de España, no es posible diagnosticar esta enfermedad a través de la presencia de marcadores biológicos. Para poder diagnosticarla se debe hacer una valoración basada en la conducta de la persona. Cuando antes se detecte el problema, mejor. En los análisis se tienen en cuenta aspectos como: exámenes médicos, valoración genética, exploración otorrinolaringológica y evaluación psicológica.
No existe un tratamiento único que cure el síndrome del espectro autista. Existen diferentes tratamientos con el objetivo de conseguir que el niño pueda desarrollarse con facilidad.
- Terapias de comportamiento y comunicación: este tipo de programas se centran en reducir las dificultades comunicativas y de socialización asociadas al TEA.
- Terapias educativas: los colegios o centro de formación cuentan con especialistas para mejorar las destrezas sociales, la comunicación y el comportamiento.
- Terapias familiares: los padres y familiares también deben aprender a interactuar con sus hijos o familiares para poder resolver y aprender a controlar los comportamientos problemáticos y la comunicación cotidiana.
- Otras terapias: en función de las necesidades del niño, existen otros tipos de terapias que también pueden ayudar al desarrollo del niño. Terapia de conversación, terapia ocupacional y fisioterapia.