Llevar una correcta alimentación es clave para mantener un estilo de vida saludable. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “una dieta saludable ayuda a protegernos de la malnutrición en todas sus formas, así como de las enfermedades no transmisibles, como la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer”.
En el caso de las personas mayores, la alimentación es fundamental para mantenerse sanos. Los cambios que se producen en el organismo con el paso de los años, hacen que se tenga que aumentar la ingesta de nutrientes para evitar la aparición de enfermedades, prevenir los signos de envejecimiento o simplemente tener más vitalidad.
Desde Sanitas, han elaborado una guía básica con recomendaciones a tener en cuenta en la alimentación de las personas mayores.
- Dieta variada que contenga todos los ingredientes necesarios.
- Reducir el consumo de grasas saturadas (embutidos y carnes rojas) y aumentar las grasas con ácidos esenciales omega-3 y omega 6.
- Incrementar el consumo de grasas vegetales, especialmente el consumo de aceite de oliva.
- Tomar leches y derivados de lácteos desnatados.
Los cambios que se producen en el organismo con el paso de los años, hacen que se tenga que aumentar la ingesta de nutrientes para evitar la aparición de enfermedades.
- Aumentar el consumo de frutas, verduras, legumbres y cereales, al tratarse de alimentos con altas cantidades de fibra, vitaminas y minerales, son fundamentales para mantener la motilidad intestinal y evitar el estreñimiento.
- Aumentar el consumo de calcio y vitamina D. Basta con caminar o exponerse al sol durante 20 minutos para obtener la vitamina D necesaria.
- Limitar el consumo de sal y azúcar.
- Ingerir mucho agua, además de prevenir el estreñimiento, sirve para asegurar una correcta hidratación del organismo.
Otras recomendaciones relacionadas con la nutrición y que favorecen a la salud de las personas mayores son: realizar cinco comidas al día, comer despacio y masticar bien los alimentos, evitar el consumo de productos envasados y precocinados, cocinar los alimentos utilizando poca grasa y en caso de tener problemas de masticación emplear otros métodos como los zumos, purés o alimentos blandos.