Uno de los dolores más comunes, más intensos y de más difícil control es el dolor de muelas. Se produce a causa de una estimulación de la raíz nerviosa por agentes térmicos, mecánicos o químicos, que irritan el nervio y el cerebro lo percibe como un estímulo doloroso intenso, de inicio o bien brusco o bien insidioso, y que va en aumento.
Estos dolores pueden estar originados por diversas causas, algunas de ellas ajenas a la patología odontológica. En general son debidos a una pulpitis, una inflamación de la cavidad pulpar del diente, parte interna de la pieza dental donde se hallan los vasos sanguíneos y las terminaciones nerviosas.
Se produce a causa de una estimulación de la raíz nerviosa por agentes térmicos, mecánicos o químicos, que irritan el nervio y el cerebro lo percibe como un estímulo doloroso intenso
Ante un dolor de muelas intenso se debe solicitar cuanto antes una visita con el odontólogo para que examine la pieza dental dolorosa y pueda, una vez determinada la causa, realizar un tratamiento adecuado. Y es que, en caso de no tratarlo, se pueden afectar los tejidos circundantes, causando problemas graves a nivel de la boca, la cara o el cuello. Pero mientras no se acude al dentista:
- El dolor se puede paliar mediante el uso de analgésicos como el paracetamol o antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como ibuprofeno, metamizol o diclofenaco. Es aconsejable consultar con el médico antes de tomarlos. En caso de sangrado de las encías, conviene evitar la aspirina, dado que ésta aumenta el riesgo de sangrado.
- Nunca se deben tomar antibióticos sin prescripción del médico, dado que es probable que no sean necesarios y además tampoco van a ayudar a calmar el dolor.
- Se deben evitar los alimentos excesivamente fríos, calientes o duros.
- Los dulces y el azúcar también empeoran el dolor dental, por lo cual conviene evitarlos.
- Va bien aplicar frío local, en la zona de la mejilla adyacente al diente dolorido, por su papel anestésico, ya que puede aliviar en parte el dolor, pero debe evitarse poner hielo en el interior de la boca, pues puede agravar el dolor.
- Conviene evitar la presión sobre la zona dolorida, no recostando la cabeza sobre el lado afecto.
Al acudir al dentista, éste podrá determinar si la causa es traumática o infecciosa y, por lo tanto, realizar el tratamiento adecuado. En caso de tratarse de una pulpitis puede que la realización de un empaste baste para mejorar el dolor. Si hay infección pero sin haberse formado un absceso, se iniciará tratamiento antibiótico.
De haberse formado ya un absceso, el dentista drenará el contenido purulento del mismo, pautará tratamiento antibiótico y reparará la pieza dental. En caso de haberse producido una afectación importante de la muela, el dentista realizará una exodoncia o extracción dental tras el inicio de la cobertura antibiótica. Tras la actuación del dentista, los analgésicos o los AINE ayudarán a calmar el dolor.