La tiroiditis es la inflamación de la glándula de la tiroides e incluye un grupo de enfermedades entre las que destacan un tipo de hipotiroidismo conocido como tiroiditis de Hashimoto, la tiroiditis post-parto o la tiroiditis subaguda.
Tal y como explica Sanitas, esta glándula participa en la mayoría de funciones básicas de nuestro organismo; regula el metabolismo y la temperatura corporal, es necesaria para el crecimiento, el sistema nervioso necesita de ella para su correcto desarrollo, regula la asimilación de los diferentes nutrientes y es fundamental para el desarrollo de la piel y regular el ritmo cardiaco.
SÍNTOMAS
Sus síntomas varían dependiendo del tipo de tiroiditis que se tenga.
- Tiroiditis de Hashimoto: sus principales síntomas una vez que se ha disminuido la producción de la hormona tiroidea son, la fatiga, el aumento de la sensibilidad al frio, aumento de la somnolencia, estreñimiento, piel seca, depresión, problemas de memoria, caída del pelo, pérdida de peso o palpitaciones.
- Tiroiditis subaguda: el síntoma más común es el dolor de cuello, aunque también se pueden presentar otros como; dificultad para tragar, fiebre, sensibilidad al ejercer presión en las glándulas tiroides y fatiga.
Esta glándula participa en la mayoría de funciones básicas de nuestro organismo
- Tiroiditis post-parto: en la primera fase, la mayoría de mujeres no notarán ningún síntoma. Suelen aparecer entre el primer y cuarto mes después de dara luz. Los más habituales son la pérdida de peso, ansiedad, sentimiento de nerviosismo, ritmo cardiaco rápido y tener calor todo el rato.
TRATAMIENTOS
Según explica Mayo Clinic, existen varios tratamientos para la tiroiditis. Serán elegidos dependiendo del tipo de enfermedad, la edad del paciente, los antecedentes médicos y la gravedad.
- Yodo radioactivo. Hace que desaparezcan los síntomas si se consume vía oral.
- Medicamentos antitiroides. Reducen los síntomas del hipertiroidismo previniendo que la glándula tiroides produzca cantidades excesivas de hormonas.
- Betabloqueadores. Aunque generalmente estos medicamentos se usan para tratar la presión arterial alta y no afectan los niveles de la tiroides, pueden aliviar los síntomas del hipertiroidismo, como el temblor, la frecuencia cardíaca acelerada y las palpitaciones.