El embarazo es una de las etapas más bonitas en la vida de la mujer. Durante nueve meses comienzan los preparativos para dar la bienvenida a quien será su hijo o hija para el resto de su vida. Sin embargo, en estos meses las visitas al ginécologo y las revisiones médicas se convierten en una rutina constante.
Se suele dividir en tres trimestres diferentes, que corresponde a una fase del crecimiento del bebé determinada. Durante los tres primeros meses o las primeras 12 semanas, se realizan todas las pruebas necesarias para asegurarse que el crecimiento del bebé está siendo el adecuado y que todo va según lo previsto: análisis de orina, examen para conocer si el embrión puede tener fibrosis quística, examen del antígeno viral para rubéola...
En el segundo trimetre, que comprende desde la semana 13 hasta la 24, las pruebas que se realizan tanto a la madre como el bebé cambian. Tal y como señalan desde MedlinePlus las consultas durante este trimestre serán un buen momento para hablar sobre los síntomas comunes durante el embarazo, como fatiga, acidez gástrica, venas varicosas y otros problemas comunes y el manejo del dolor de espalda y otros dolores y molestias.
Durante las consultas, su proveedor:
La pesará.
Le medirá su abdomen para ver si su bebé está creciendo como se esperaba.
Revisará su presión arterial.
Algunas veces, se tomará una muestra de orina para analizar si esta contiene azúcar o proteína. Si se detecta cualquiera de estas, podría significar que tiene diabetes gestacional o presión arterial alta causada por el embarazo.
Se asegurará de que tenga ciertas vacunas.