Numerosos estudios realizados durante años demuestran que la leche materna es el alimento ideal para el bebé de forma exclusiva hasta los 6 meses de edad y, a partir de esa edad, como aporte lácteo cuando comienza la alimentación complementaria. Por ello, en la medida de lo que sea posible, se aconseja mantener la lactancia materna aunque la madre se reincorpore al trabajo, ya que están claras sus formas de extracción y conservación, que permiten dar al bebé leche materna aunque la mamá no esté presente en el momento de la toma. Sin embargo, la leche de fórmula para bebés es la única opción cuando dar el pecho no es viable por problemas de la madre o del bebé.
Si tienes dudas de cómo conseguir una lactancia correcta y placentera o de cómo continuar la lactancia cuando se incorpore al mundo laboral, en Sanitas disponemos de personal altamente cualificado que le podrán ayudar tanto durante su estancia en el hospital tras el parto como en las Consultas Externas de Lactancia Materna y en las Charlas de promoción de la lactancia a las que podrá asistir antes y después de dar a luz.
La leche de fórmula para bebés es la única opción cuando dar el pecho no es viable por problemas de la madre o del bebé
Si aun así, no es posible la lactancia materna, te será útil la siguiente información sobre los diferentes tipos de leches que puedes encontrar en el mercado.
TIPOS DE LECHE DE FÓRMULA PARA BEBÉS
De entre los tipos de leche fórmula para bebés que existen, podemos hacer una distinción por su composición:
- Leche artificial: es aquella elaborada a partir de leche de vaca a la cual se le añaden numerosos nutrientes y componentes alimenticios para asemejarse lo más posible a la leche materna. Con el paso de los años, se ha ido perfeccionando esta leche fórmula para que sea más digestiva para los bebés y que se parezca más a la leche materna. La leche de vaca es normalmente la mayoritaria en el mercado. Contiene más cantidad de hierro que el resto de leches de fórmula, lo que reduce el riesgo de que los bebés acaben desarrollando anemia.
- Leches especiales: son precisas cuando el bebé presenta alguna patología. Las más comunes son:
- Hidrolizadas e hipoalergénicas: este tipo contiene proteínas descompuestas previamente a la ingestión de la leche para que su absorción sea más sencilla por parte del bebé. Son útiles para los bebés que presentan alergia a la proteína de leche de vaca.
- Sin lactosa: son útiles cuando se produce una intolerancia transitoria a la lactosa tras un episodio de gastroenteritis o por toma continuada de antibiótico oral.
- Soja: el componente proteico se extrae de la soja. Al ser de origen vegetal, no contienen lactosa. Por tanto, es útil para la intolerancia a la lactosa, la galactosemia y para los padres con un fuerte convencimiento del veganismo.
En definitiva, a la hora de seleccionar un tipo de leche de fórmula para tu bebé, deberás de fijarte en las características de tu bebé. Acude al pediatra, y allí podrán examinar a tu hijo o hija y ver sus necesidades.
Ante todo, lo más importante es que compruebes que la leche que compras es lo más nutricionalmente parecida a la leche materna. A la hora de elegir una, acude a una marca de confianza y asegúrate de que aportan en su fórmula proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales; además de contar con propiedades antiinfecciosas, antibacteriales y antivirales.