La hipoplasia es un defecto de los dientes que implica una menor cantidad de esmalte de lo habitual.
Dicha alteración tiene lugar durante el desarrollo del diente y, más concretamente, en el proceso de formación del esmalte. Por tanto, la hipoplasia dental aparece antes de que la pieza dental erupcione.
La hipoplasia del esmalte puede dar lugar tanto a manchas blancas o marrones como a surcos en los dientes. En función de la severidad del defecto, estas señales pueden ser prácticamente inapreciables o muy visibles, otorgando al diente un aspecto dañado y deteriorado.
La hipoplasia se debe a que en ese periodo se produjo una situación o circunstancia propicia para su aparición como la malnutrición, una infección, la fiebre o una enfermedad
La alteración se debe a que en ese periodo se produjo una situación o circunstancia propicia para su aparición. Ejemplos de estas situaciones o circunstancias serían la malnutrición, una infección, la fiebre o una enfermedad.
Por tanto, podemos decir que durante la niñez nuestro organismo experimentó un problema que tuvo como consecuencia la hipoplasia dental.
Debido a que este defecto puede deberse a diferentes motivos y a que se desarrolló en una etapa temprana de nuestra vida, en muchas ocasiones es difícil determinar la causa exacta que lo originó. Precisamente por esto, es relativamente común ver casos de hipoplasia dental en niños.