Los stents coronarios son dispositivos que se emplean para desobstruir las arterias que llevan la sangre al corazón, las arterias coronarias. Cuando estas arterias están obstruidas a causa de arteriosclerosis, el corazón sufre los efectos de la falta de irrigación sanguínea. Si la obstrucción es parcial suele provocar una angina de pecho, mientras que si la obstrucción es total suele causar el infarto de miocardio (ataque de corazón). El tratamiento para restablecer el flujo de las arterias coronarias obstruidas puede ser quirúrgico, mediante bypass coronario o percutáneo, mediante punción de una arteria del brazo (arteria radial) o de la ingle (arteria femoral). En la mayoría de los casos el problema puede solucionarse sin necesidad de intervención quirúrgica, realizando una angioplastia coronaria e implantando un Stent.
Los Stents son unas prótesis metálicas (cromo-cobalto, platino) que tienen forma de malla metálica cilíndrica y van montados sobre un balón que, al hincharlo a nivel de la obstrucción coronaria, hace recuperar el diámetro de la arteria y normalizar la circulación de la sangre.
TIPOS
Existen diferentes tipos de Stent, pero básicamente se pueden clasificar en 3 categorias:
Stent convencional, normalmente de acero o cromo-cobalto. Son los más simples y económicos, pero tienen el inconveniente que existe un riesgo de que se vuelvan a obstruir o restenosis. Durante un mes es necesario administrar conjuntamente dos fármacos antiagregantes plaquetarios (por ejemplo, aspirina y clopidogreo o similares), para evitar que el Stent se coagule (trombosis del Stent)
Stent farmacoactivo, recubierto con fármacos antiproliferativos. Proporciona el mismo soporte estructural que los stents convencionales, pero además liberan lentamente un fármaco que minimiza el riesgo de que puedan volver a obstruirse. Son más caros que los convencionales y suelen requerir tratamiento con dos antiagregantes plaquetarios durante un tiempo más prolongado.
Stents farmacoactivos bioabsorbibles. Son similares a los anteriores, pero la estructura del Stent está formada por un material que con el tiempo se reabsorbe y desaparecen completamente de la pared de la arteria coronaria. Aunque ya se emplean en la práctica clínica, tienen algunas limitaciones que hace que solo puedan ser usados en casos muy determinados.