El melanoma es el tipo de cáncer más común en personas menores de 30 años, a pesar de que su mayor incidencia se produce a partir de los 65. Es un cáncer de piel que se origina en las células que producen la melanina, llamadas melanocitos. Suelen ser pequeñas manchas de color café o negro, aunque en ocasiones también pueden tener una coloración rosa, canela o incluso blanca.
Las personas con muchos lunares anormales son más propensas a sufrir un melanoma. La observación de los mismos para ver si cambian de forma o de color o la aparición de otros nuevos debe ser una pauta preventiva esencial para su detección precoz. También las personas de piel blanca, pelo rubio o pelirrojo, ojos claros y pecas, que se queman con facilidad con el sol tienen una mayor propensión a este tipo de cáncer.
¿CÓMO IDENTIFICARLO?
Para identificar un melanoma es importante saber diferenciarlo de un lunar normal. En este sentido, se aplica la regla ABCDE, que refleja cinco rasgos que caracterizan a ambos. La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), establece los siguientes conceptos.
La letra A representa la asimetría. En el melanoma se puede identificar cuando se una mitad se ve diferente a la otra.
El borde del lunar también puede servir como rango identificador del melanoma. Aparece representado con la letra B y se caracteriza por ser un tumor con bordes irregulares, cortes u ondas.
La letra C representa el color. Crecimientos que hayan cambiado de color, que tengan muchos colores o que presenten un color irregular. Normalmente, los colores que se presentan son en tonos marrones, negros o rojizos.
El diámetro aparece representado con la letra D. Cuando un lunar sobrepasa el diámetro de seis milímetros, podría identificarlo como una señal de posible melanoma.
La letra E representa la evolución. Cuando con el paso del tiempo el lunar se transforma y cambia de color, tamaño, altura o forma.