La endometriosis es una enfermedad que consiste en la aparición y crecimiento de tejido endometrial fuera del útero, sobre todo en la cavidad pélvica. Su prevalencia exacta es desconocida, aunque se estima que afecta entre el 3 y 10% de las mujeres, siendo más frecuente entre los 25 y 35 años.
Tal y como explican desde Mayo Clinic, "la endometriosis puede causar dolor, a veces grave, especialmente durante los períodos menstruales. También se pueden presentar problemas de fertilidad. Afortunadamente, hay tratamientos eficaces disponibles".
Los principales síntomas de esta afección son los siguientes: "el síntoma principal es el dolor pélvico. Aunque muchas tienen cólicos durante sus períodos menstruales, las mujeres con endometriosis suelen describir un dolor menstrual que es mucho peor de lo habitual. El dolor también puede aumentar con el tiempo"
Períodos dolorosos (dismenorrea). El dolor pélvico y los cólicos pueden comenzar antes y continuar durante varios días después de que comience el período menstrual. También puedes tener dolor en la región lumbar y en el abdomen.
Dolor al tener relaciones sexuales. El dolor durante las relaciones sexuales o después de estas es común con la endometriosis.
Dolor al defecar o al orinar. Es más probable que tengas estos síntomas durante un período menstrual.
Sangrado excesivo. Puedes tener períodos menstruales abundantes esporádicos o sangrado entre períodos (sangrado intermenstrual).
Infertilidad. Algunas veces, la endometriosis se diagnostica primero en aquellas personas que buscan tratamiento para la infertilidad.
Otros signos y síntomas. Puedes presentar fatiga, diarrea, estreñimiento, hinchazón o náuseas, especialmente durante los períodos menstruales.
La intensidad del dolor no es necesariamente un indicador confiable de la extensión de la afección. Podrías tener endometriosis leve con dolor intenso o podrías tener endometriosis avanzada con poco o ningún dolor.
CAUSAS Y FACTORES DE RIESGO
En este sentido, en la actualidad, se cree que la endometriosis se presenta como consecuencia de alguno de los factores siguientes: menstruación retrógrada, metaplasia celular y profileración de células precursoras.
Aunque se creen que esas pueden ser algunas de las causas, lo cierto es que también existen diferentes factores de riesgo que pueden provocar la aparición de dicha enfermedad. Entre los más habituales se encuentran los siguientes:
No haber dado a luz
Comenzar el período a una edad temprana
Pasar por la menopausia a una edad avanzada
Ciclos menstruales cortos, p. ej., menos de 27 días
Períodos menstruales intensos que duran más de siete días
Tener niveles más altos de estrógeno en el cuerpo o una mayor exposición durante toda la vida al estrógeno que produce tu cuerpo
Bajo índice de masa corporal