La alimentación basada en vegetales es cada vez más común, principalmente por motivos éticos, medioambientales y de salud. En la dieta vegana, en concreto, solo se incluyen alimentos de origen vegetal y se excluye todo aquello que proceda de un animal.
Según Laura Esquius, profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, ''este tipo de alimentación se relaciona con la reducción del riesgo cardiovascular, la hipertensión, la diabetes mellitus de tipo 2, el colesterol aterogénico y el cáncer''.
No obstante, la dieta vegana también pueden conducir a una grave falta de vitaminas, minerales y grasas Omega-3 en nuestra dieta, con preocupantes consecuencias para la salud.
Por ejemplo, el déficit nutricional más conocidos por los veganos es la vitamina B12, que se encuentra principalmente en carnes y pescados y, en menor medida, en huevos, lácteos y mariscos.
La alimentación basada en vegetales es cada vez más común, principalmente por motivos éticos, medioambientales y de salud
''Su déficit puede provocar anemia perniciosa (nivel bajo de glóbulos rojos), que se caracteriza por producir palidez, cansancio, pérdida de peso y funcionamiento irregular del sistema nervioso. Niveles bajos de esta vitamina también se han relacionado con una mala función cognitiva'', destaca el equipo científico de Melio.
Asimismo, el hierro se encuentra en alimentos de origen animal y animal, sin embargo, el problema del hierro presente en vegetales es que no tiene buena biodisponibilidad, es decir, no es bien absorbido por el cuerpo. En este sentido, si no se corrige, el déficit de hierro puede acabar provocando anemia.
Por último, el equipo científico de Melio detalla que ''el zinc encuentra tanto en alimentos de origen animal (pollo, anchoas y sardinas en aceite, yema de huevo y lácteos) como de origen vegetal (frutos secos, cereales integrales y legumbres). Sin embargo, al igual que con el hierro, el zinc de los alimentos de origen animal se absorbe mejor, mientras que la fibra y los fitatos (presente en cereales) disminuyen su absorción''.
Así, el déficit de zinc repercute sobre el sistema inmune, disminuyendo la defensa frente a infecciones e incrementando la incidencia de complicaciones graves en el curso de diarrea e infecciones del tracto respiratorio superior.