El ejercicio físico debe formar parte del estilo de vida de cualquier persona con asma bronquial, ya que aporta importantes beneficios para la salud. La única situación en la que un asmático debe limitar el ejercicio físico es si está sufriendo una crisis o pasa por una época de mal control.
El asma es una enfermedad que afecta los pulmones. Tiene una duración prolongada más comunes en los niños, aunque los adultos también pueden padecerla. Todas las personas lo pueden sufrir, pero aquellas que practican deporte deben tener especial cuidado.
Desde QuirónSalud han elaborado una serie de recomendaciones para las personas asmaticas y que practican deporte:
Tener un buen control del asma. No salir a correr si está mal controlado o está en mitad de una crisis.
Adapta el tipo de deporte en función de la temporada: si eres alérgico al polen, no es recomendable que practiques deporte al aire libre en primavera en momentos del día de máxima polinización.
Los más beneficiosos son los deportes aeróbicos: natación, correr y bicicleta. La natación puede ser un deporte especialmente beneficioso. Habitualmente se realiza en condiciones cálidas y húmedas, y es menos probable que se asocie al asma de esfuerzo (que es más frecuente en ambientes cálidos y secos). Hay un grupo de personas que al nadar en piscinas de interior y exponerse a ambientes con mucha concentración de cloro pueden experimentar síntomas irritativos como tos, e incluso empeoramiento del asma. Suele ser muy fácil de identificar porque los síntomas se producen a las pocas horas de la exposición,
Es muy importante realizar un buen calentamiento antes de iniciar el ejercicio, iniciándolo de manera suave y progresiva hasta alcanzar la intensidad perseguida. Ha demostrado que previene el asma desencadenada por el ejercicio.
Siempre debe tener disponible la medicación de rescate, y utilizarse antes del ejercicio si tiene asma de esfuerzo y/o se lo han aconsejado sus médicos.
Si son deportes aeróbicos en exterior en ambientes fríos, cubra la boca con una bufanda/braga, para evitar que el aire frío entre directamente en la vía aérea.
Idealmente debe intentar hacer respiración nasal, la nariz permite calentar, humidificar y filtrar el aire. Es verdad que la intensidad del ejercicio puede llevarle a hacer respiración bucal en un intento de reducir el esfuerzo respiratorio.