La diabetes es una enfermedad en la que el páncreas no produce o no utiliza la insulina que el cuerpo necesita. Esto provoca un exceso de nivel de glucosa en la sangre que, en caso de no controlarlo, puede provocar graves complicaciones en el organismo.
En este sentido, una nutrición adecuada es uno de los pilares fundamentales para el buen control y tratamiento de la diabetes. ''La dieta ideal del paciente con diabetes es una dieta saludable, con las mismas recomendaciones generales que para toda la población salvo leves detalles. Siempre debemos tener en cuenta que la composición y calorías de la dieta varían de un individuo a otro; por ello se valorará el peso y talla del paciente, edad y sexo, así como la actividad física que desarrolle a lo largo del día'' señalan desde Rioja Salud.
La diabetes es una enfermedad en la que el páncreas no produce o no utiliza la insulina que el cuerpo necesita
Así pues, la Federación Española de Diabetes (FEDE) detalla que los carbohidratos son la fuente principal de energía. Su digestión genera glucosa que pasa a la sangre para ser distribuida por el organismo. Las personas con diabetes tienen problemas para hacer que las células utilicen la glucosa y evitar que los niveles de azúcar en sangre excedan los máximos saludables, por lo que deberán evitar ingerir estos nutrientes en exceso, por el riesgo de hiperglucemia.
Por otro lado, en cuanto a las proteínas, las fuentes principales de estas son la carne blanca y magra, el pescado, los huevos, las legumbres y los frutos secos. Su ingesta podrá representar del 10% al 30% del aporte calórico total, tanto si son de origen animal como vegetal, manifiesta la FEDE.
''El porcentaje de energía procedente de la grasa se determinará en función del peso corporal, las glucemias y el perfil lipídico de cada persona. Por su parte, las recomendaciones de ingesta de fibra son similares a las del resto de la población no diabética: 20-30 g/día'', añade la FEDE.
En definitiva, según la Fundación Española del Corazón, ''se seleccionarán alimentos bajos en grasa, limitando el consumo de fritos o cocinados con excesiva grasa, y seleccionando formas de cocinado saludables (al vapor, al horno, a la plancha, asado, papillote, etc.). Además, se reducirá el consumo de azúcares y se consumirán verduras y hortalizas en abundancia (incluyendo al menos 5 piezas de frutas y verduras al día.)''.