El glaucoma es una enfermedad ocular que consiste en un daño del nervio óptico del ojo. El nervio óptico es el lugar por el que se transmite la información visual desde el ojo hasta el cerebro, que es donde se genera la percepción visual.
Según Quirónsalud, afecta principalmente a mayores de 60 años y mayores de 40 y con antecedentes familiares. Suele ser hereditario pero hay otras causas de su aparición: miopía o hipermetropía alta, diabetes, migraña, presión intraocular alta.
El glaucoma se detecta a través de un examen completo de los ojos que incluye: prueba de agudeza visual, prueba de campo visual, examen con dilatación de pupilas, tonometría y paquimetría
''Las formas agudas (muy poco frecuentes) suelen provocar dolor, pero el glaucoma crónico, de lejos el más común, no provoca síntomas hasta que con el paso de los años el daño del nervio óptico es avanzado y se puede percibir la pérdida de visión en el campo visual'', detalla la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).
El glaucoma se detecta a través de un examen completo de los ojos que incluye: prueba de agudeza visual, prueba de campo visual, examen con dilatación de pupilas, tonometría y paquimetría.
La pérdida de visión debido al glaucoma es irreversible, pero con un diagnóstico precoz y con el tratamiento correcto se puede disminuir su progresión. En este sentido, tal y como explican en Quirónsalud, el tratamiento del glaucoma consiste en reducir y controlar la presión intraocular. Hay varias alternativas, como: fármacos, tratamiento láser y técnicas quirúrgicas.
A largo plazo, generalmente el glaucoma tiene muy buen pronóstico siempre y cuando se alcance un buen control de la presión ocular y se acuda a los controles que se establezcan.