La anosmia se define como la pérdida total del sentido del olfatoy puede deberse a múltiples causas. Es un síntoma típico de la Covid-19, sin embargo, otras infecciones respiratorias, como la del resfriado o la gripe, también pueden hacer perder la capacidad de oler.
Asimismo, según la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (Seorl CCC), algunos traumatismos, enfermedades nasales como la rinitis alérgica o la rinosinusitis crónica con o sin poliposis, cirugías nasales previas, determinados fármacos o enfermedades neurodegenerativas como el párkinson o el alzhéimer pueden causar pérdida de la capacidad olfatoria.
La anosmia se define como la pérdida total del sentido del olfato y puede deberse a múltiples causas
''Algunas personas recuperan la capacidad para oler cuando se mejoran de la enfermedad que causó la pérdida del olfato. Otras personas pueden recuperar el sentido del olfato de forma espontánea, sin ninguna razón evidente'', explica el Instituto Nacional de la Sordera y Otros Trastornos de la Comunicación de Estados Unidos.
Por su parte, la Seorl CCC detalla que ''el olfato desempeña un papel clave para la vida diaria de las personas, es considerado, como el gusto, un sentido químico que aporta información esencial del entorno. Influye en la selección de alimentos e ingesta de nutrientes al estar implicado en la regulación del apetito, en las relaciones interpersonales y en la detección de sustancias potencialmente tóxicas y peligrosas, por lo que sirve para alertar sobre determinados riesgos''.
Tanto los trastornos del olfato como los del gusto son diagnosticados por un otorrinolaringólogo. Una evaluación precisa de un trastorno del olfato incluirá, entre otras cosas, un examen físico de los oídos, nariz y garganta; una revisión de la historia médica, incluyendo la exposición a sustancias químicas tóxicas o posibles lesiones; y una prueba del olfato administrada por un profesional de la salud.