La llegada de la primavera y el inminente calor del verano hacen que, ante los días calurosos, comiencen las ganas de comenzar a tomar alimentos más fresquitos como la sandía, el melón o incluso las cerezas.
Una de las frutas más consumidas cuando llega esta esperada época del año es el melón. Según la Fundación Española de la Nutrición (FEN) el melón contiene una altísima cantidad de agua (92%) y una cantidad de azúcar (6%) inferior a la de otras frutas; hecho que, hace del melón una de las frutas con menor contenido energético.
Desde la fundación también señalan que se trata de una fruta que “aporta una cantidad apreciable de diversas vitaminas y minerales. Concretamente, 300 g de melón sin corteza, proporcionan el 75% de la ingesta diaria recomendada de vitamina C; y junto a la naranja, es una de las frutas con mayor contenido en folatos. La vitamina C contribuye a la protección de las células frente al daño oxidativo. Los folatos contribuyen al proceso de división celular”.
300 g de melón sin corteza, proporcionan el 75% de la ingesta diaria recomendada de vitamina C
En cuanto a sus beneficios destacan:
- Efecto detox. Su composición tiene un 90% de agua, lo que le convierte en un alimento diurético que aporta muy pocas calorías, ayuda al cuerpo a eliminar toxinas y también evita la sequedad de las mucosas o la acidez.
- Previene enfermedades cardiovasculares. Gracias a su alto contenido en vitamina E, actúa como un potente antioxidante en la regulación de la presión arterial, así como en la prevención de enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
- Alimento rico en vitaminas. No solo contiene vitamina E, la vitamina C también está muy presente en el melón, lo que ayuda a fortalecer los cartílagos y los músculos, mientras que su alto aporte de vitamina A favorece la visión y el crecimiento de los huesos.
- Fortalece el sistema inmune. Contribuye a la producción de arginina y la cura de heridas superficiales.
- Cosmético natural. Se utiliza mucho en los tratamientos beauty para el cuidado de la piel, ya que además de ayudar a prevenir el envejecimiento prematuro y las arrugas de expresión, aporta un nivel extra de hidratación dejando la epidermis suave y tonificada. Por este motivo, se ha convertido en uno de los ingredientes fundamentales de las mascarillas y cremas antiaging.