La granadilla es una fruta originaria de América del Sur y del Norte que pertenece a la familia de las frutas de la pasión. Su cascara es fuerte, gruesa y lisa de color anaranjado. La pulpa consiste en pequeñas semillas negras y comestibles cubiertas con una masa jugosa, cristalina, transparente y de textura gelatinosa. Su sabor es dulce y posee un agradable aroma. Tradicionalmente se consume cruda, para esto, simplemente se rompe la cáscara con los dedos y la pulpa se come con una cuchara.
Entre los muchos nutrientes que tiene, aporta a nuestro organismo fibra, potasio, calcio, fósforo, hierro, vitaminas A, B1, B2, B3, B9, C, E, K y la provitamina A. Estos son sus principales beneficios:
Ayuda a estabilizar los nervios. Ayuda a conciliar el sueño, a reducir los cólicos, y a disminuir el estrés y la ansiedad.
Previene el estreñimiento. Gracias a su alto contenido en fibra, ayuda a reducir los problemas intestinales como el estreñimiento.
Alivia la tos y mejora la fiebre.
Es buena para la vista. Gracias a su contenido en Vitamina A ayuda al buen funcionamiento del corazón, los pulmones, los riñones y otros órganos.
Previene el desarrollo de los tumores en pacientes con cáncer a la próstata, según un estudio de la Universidad de California.