Prednisona pertenece a un grupo de medicamentos denominados corticosteroides y se utiliza para el tratamiento de sustitución en la insuficiencia adrenal, por su acción antiinflamatoria e inmunosupresora en determinadas enfermedades y junto con medicamentos quimioterápicos o radioterapia.
Según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), no se debe tomar prednisona en los siguientes casos: si eres alérgico al medicamento, si padeces diabetes grave, si padeces osteoporosis, si padeces úlcera de estómago, si padeces infecciones progresivas producidas por virus, si padeces linfomas, si padeces tensión arterial alta o si padeces insuficiencia renal, entre otras.
En tratamientos largos o con dosis altas, las dosis iniciales pueden repartirse en dos tomas diarias
La Aemps detalla que se recomienda que la dosis total diaria de Prednisona sea ingerida en una sola toma, preferentemente a primera hora de la mañana, todos los días o en días alternos, durante las comidas y con una cantidad de líquido suficiente (aproximadamente medio vaso de agua).
En tratamientos largos o con dosis altas, las dosis iniciales pueden repartirse en dos tomas diarias, aunque una vez que la dosis de mantenimiento haya sido establecida, es aconsejable tomar una dosis única por la mañana.
En cuanto a los efectos secundarios, desde Mayo Clinic detallan que las personas pueden experimentar: retención de líquidos, presión arterial alta, cambios de humor, malestar estomacal y aumento de peso.
Asimismo, a largo plazo también pueden aparecer: glaucoma, cataratas, hiperglucemia, osteoporosis, supresión de la producción de hormonas de las glándulas suprarrenales y aumento del riesgo de contraer infecciones.