Dormir bien es una de las preocupaciones que más afecta a los españoles hoy en día. Y es que, las largas jornadas laborales y un ritmo de vida frenético pueden perjudicar la calidad del sueño, un problema que puede agravarse por la costumbre de acostarse tarde de casi el 30% de la población (entre las 00:00 y la 1:00).
En este sentido, cerrar el teléfono e irse directamente a dormir se ha convertido en la rutina nocturna de casi cualquier persona. Sin embargo, hay a quien la luz del móvil o el estar operativo hasta justo el momento previo de acostarse le provoca insomnio.
Cerrar el teléfono e irse directamente a dormir se ha convertido en la rutina nocturna de casi cualquier persona
Y es que, el vicepresidente de la Sociedad Española del Sueño (SES), Javier Puertas, aclara que utilizar el teléfono implica un grado de atención. "Cualquier tarea, ya sea leer mensajes de Whatsapp o recibir llamadas, implica un nivel atencional, lo que no permite una adecuada conexión psíquica, física y emocional antes de ir a dormir".
Por un lado, está el estímulo emocional que provoca el smartphone y, por otro lado, el efecto que tiene una emisión de luz a escasos centímetros de nuestros ojos sobre los mecanismos de estímulo, vigilia y sueño del cerebro.
''Es importante hablar de nuestro reloj interno y su vínculo con la luz y la oscuridad. El reloj interno está controlado en gran medida por la hormona de la melatonina. Los receptores en nuestros ojos son sensibles a la luz azul y le indican al cerebro que es de día: hora de estar alerta y despertarse. Para que nuestra melatonina mantenga un ciclo saludable de sueño, los móviles y los portátiles, por ejemplo, solo deben usarse para una extensión muy limitada de una a dos horas antes de acostarse'', añade la doctora Verena Senn, neurobióloga y experta en sueño para la firma de colchones Emma.