El ibuprofeno es un medicamento antiinflamatorio no esteroideo (AINEs) utilizado para tratar la fiebre y el dolor moderado, incluida la migraña. También se utiliza para el tratamiento de la artritis reumatoide, la artritis reumatoide juvenil, artrosis, espondilitis anquilosante, inflamación no reumática y dismenorrea primaria.
Aunque es un fármaco que existe desde hace más de un siglo, su uso se extendió hace 20 años aproximadamente, sobre todo como sustituto de la aspirina. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), ''la dosis más recomendable de ibuprofeno es 400 miligramos que, si es necesario, se puede tomar tres veces al día. Al contrario a lo que se cree, en la mayoría de los casos no es necesario tomar la dosis de 600 mg, que es la más vendida''.
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) recomienda no tomarlo si se padece alguna enfermedad grave del hígado o los riñones, si se es alérgico al propio medicamento, si se ha tenido una úlcera o hemorragia de estómago, si se padece una insuficiencia cardiaca grave, si se vomita sangre y durante el tercer trimestre del embarazo.
El ibuprofeno es un medicamento antiinflamatorio no esteroideo (AINEs) utilizado para tratar la fiebre y el dolor moderado, incluida la migraña
Se recomienda tomarlo con las comidas, sobre todo si se tienen molestias digestivas. Por otro lado, en caso de olvidar una toma, la Aemps detalla que no se debe tomar una dosis doble para compensar la dosis olvidada. ''Si olvida tomar su dosis correspondiente, tómela tan pronto como se acuerde. Sin embargo, si la hora de la siguiente toma está muy próxima, salte la dosis que olvidó y tome la dosis siguiente en su hora habitual'', señala.
En cuanto a la toma de alcohol, se desaconseja su consumo mientras se esté en tratamiento con ibuprofeno, ya que podrían aumentar los efectos adversos a nivel gastrointestinal.
En este sentido, los efectos gastrointestinales más frecuentes son: úlceras pépticas, hemorragias digestivas, perforaciones, especialmente en los pacientes de edad avanzada. También se han observado náuseas, vómitos, diarrea, flatulencia, estreñimiento, ardor de estómago, dolor abdominal, sangre en heces, aftas bucales, empeoramiento de colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn, según la Aemps.
Otros efectos adversos, aunque poco frecuentes y raros son: inflamación de la mucosa bucal con formación de úlceras, inflamación del esófago, estrechamiento del esófago, exacerbación de enfermedad de los divertículos intestinales, colitis hemorrágica inespecífica y pancreatitis.