Las varices son venas dilatadas, el principal síntoma de una enfermedad denominada insuficiencia venosa crónica. Aparecen principalmente en las extremidades, sobre todo, en las inferiores.
Se estima que afectan a entre un 10 y un 15% de la población en general, aunque esta cifra aumenta con el envejecimiento de la población, llegando a afectar hasta al 50% de la población mayor de 65 años.
Las varices son venas dilatadas, el principal síntoma de una enfermedad denominada insuficiencia venosa crónica
Los signos y síntomas de las várices, tal y como destaca el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de Estados Unidos, incluyen: abultamiento, venas azuladas, hinchazón, dolor punzante, sensación de pesadez en las piernas y los pies, picazón, cambios en el color de la piel y calambres en las piernas por las noches.
POR QUÉ SE FORMAN LAS VARICES
El factor hereditario es el principal que predispone la formación de varices, que predispone a la debilidad de la pared y la incompetencia valvular de las venas y los capilares. Esta debilidad dificulta el retorno de la sangre venosa de las piernas al corazón, de manera que se acumula en las mismas, aumentando la presión y generando pérdida de elasticidad en las venas. Así, las venas afectadas se vuelven más anchas y tortuosas, ''serpenteando'' por debajo de la piel para poder ajustarse al mismo espacio que ocupaban antes del cambio.
Permanecer mucho tiempo de pie, la obesidad, el género (es más frecuentes en mujeres), los anticonceptivos orales, el avance de la edad, el embarazo o el sedentarismo también contribuyen a la aparición de varices en personas con predisposición constitucional.