Neofobia y fagofobia: qué son y cómo evitarlas

La fobia alimentaria más común es la neofobia y se define como el miedo/rechazo a probar nuevos alimentos

Niña comiendo verdura (Foto. Freepik)
15 abril 2022 | 15:00 h
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Cuando hablamos de fobias infantiles se nos vienen a la cabeza ejemplos recurrentes como la oscuridad, las alturas o los espacios cerrados pero, ¿y los alimentos? ¿Pueden ser también objeto de fobia? La respuesta es sí, y desde Nutribén te cuentan lo esencial sobre las dos fobias más frecuentes que sufren los peques de la casa: neofobia y fagofobia.

NEOFOBIA: RECHAZO A LO NUEVO

La fobia alimentaria más común es la neofobia y se define como el miedo/rechazo a probar nuevos alimentos. Los alimentos que con más frecuencia producen neofobia son: pescado, verduras y frutas.

Las causas de esta fobia son múltiples y variadas. Desde pesadillas infantiles, malas digestiones, un mal recuerdo o, simplemente, la insistencia prolongada de los progenitores para que el peque consuma el alimento ofrecido.

La fobia alimentaria más común es la neofobia y se define como el miedo/rechazo a probar nuevos alimentos

La neofobia infantil es habitual y no significa que el peque sea un ''mal comedor'', sino que es algo frecuente que tiende a desaparecer con el paso del tiempo.

FAGOFOBIA: MIEDO A TRAGAR LOS ALIMENTOS

Es la fobia causada por temor a ahogarse o asfixiarse cuando tragan los alimentos, ya sean líquidos o sólidos.

Sus causas son diversas, aunque suele surgir en niños tras un episodio de atragantamiento con la comida, una faringitis muy dolorosa, o tras una experiencia de disfagia (dificultad para tragar).

Esta fobia es más transitoria que la neofobia y generalmente desaparece en menor tiempo.

RECOMENDACIONES PARA RESOLVER LAS FOBIAS ALIMENTARIAS

-No presionar al peque cuando muestre rechazo. Tómate tu tiempo y deja que tu hijo se tome el suyo para asimilarlo.

-Motivar al peque a probar el alimento tras una experiencia agradable y divertida.

-Implicación directa de los padres en la educación nutricional de sus hijos, predicando con el ejemplo. Si ofreces a tu hijo un alimento nuevo, consúmelo junto a él y normaliza la situación.

-Preparar el alimento que provoca la fobia de forma disimulada y mezclada con otros alimentos que apetezcan.

-Si a tu peque le cuesta acostumbrarse a nuevas texturas suaviza la transición, cremas, grumos, sólidos y no te empeñes en una sola. Recuerda que deben acostumbrarse a todo tipo de texturas para lograr una buena adherencia a la comida familiar y conseguir que sienten las bases de una dieta saludable que les marcará durante su vida adulta.

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