El vinculo que se forma durante el embarazo entre la madre y el hijo, es equiparable al que se siente cuando se tiene al bebe en brazos o al momento de dar el pecho. Sin duda, una relación especial entre madre e hijo.
La leche materna es el mejor alimento para los primeros meses de vida del bebé. Cubre las necesidades nutricionales del niño para su adecuado crecimiento y desarrollo físico. De hecho, ha quedado demostrado en numerosos estudios que la leche de fórmula artificial puede causar numerosos problemas de salud al bebé entre los que se encuentran problemas respiratorios o gastrointestinales.
Según la Asociación Española de Pediatría (AEP), “la lactancia a demanda significa dar el pecho siempre que el bebé lo pida y todo el tiempo que sea necesario. No es conveniente retirar al bebé del pecho, sino que es preferible que suelte el pecho espontáneamente”.
La leche materna es el mejor alimento para los primeros meses de vida del bebé, ya que cubre las necesidades nutricionales del niño para su adecuado crecimiento y desarrollo físico.
Una de las preguntas más recurrentes de los padres y madres es hasta cuando tienen que dar el pecho. Desde la Asociación Española de Pediatría, recomiendan el uso de la lactancia exclusiva hasta los seis meses y a partir de ese momento acompañarlo de una alimentación adecuada hasta los 2 o 3 años.
BENEFICIOS PARA LA MADRE
Al igual que la lactancia materna ofrece múltiples beneficios al bebé, también lo hace con la madre. Ayuda a contraer el útero tras el postparto, favorece la recuperación después del embarazo y reduce el riesgo de sufrir depresión. Reduce el riesgo de padecer cáncer de mama, de ovarios y del cuello del útero.
La alimentación de la madre durante la lactancia también es muy importante. No es necesario comer más de lo habitual ni privarse de comer ciertos alimentos, únicamente hay que llevar una dieta sana y variada. Desde la Organización Mundial de la Salud y la Asociación Española de Pediatría (AEP) hacen una serie de recomendaciones.
- Comer frutas y verduras.
- Evitar el consumo de dulces y azúcares.
- Beber dos litros de agua al día.
- Comer cereales y legumbres.
- Grasas saludables como aceite de oliva, frutos secos o semillas.
- Además, desde la AEP no recomiendan el uso de bebidas con cafeína como el café o los refrescos, así como el alcohol.