Parece evidente que no somos conscientes de la importancia de mantener una buena higiene de manos. De lo contrario, no se explicaría el hecho de que solo dos tercios de los adultos utilicen el lavabo después de ir al servicio. Sin embargo, está demostrado que las manos constituyen una de las principales vías de entrada de las infecciones al resto del cuerpo, ya que están en constante contacto con la nariz, los ojos y la boca.
Seamos responsables con nuestra salud y la de quienes nos rodean, y hagamos caso de las advertencias y recomendaciones de los expertos, que no hacen sino repetir lo que ya deberíamos saber: de la higiene de nuestras manos depende, en gran medida, que nos mantengamos sanos como individuos y como sociedad. Y no solo frente al coronavirus, que en estos momentos es la gran preocupación a nivel mundial, sino también frente a otras muchas enfermedades que encuentran su puerta de entrada a través de nuestras manos.
Con el lavado de manos ayudamos a reducir la trasmisión de algunas enfermedades, como la Covid-19, el resfriado común, la gripe o la hepatitis A
Por ejemplo, con el lavado de manos ayudamos a reducir la trasmisión de algunas enfermedades, como la Covid-19, el resfriado común, la gripe, la hepatitis A, determinadas gastroenteritis, el herpes, la tos ferina, así como las infecciones con microorganismos resistentes y no resistentes a los antibióticos.
La doctora Celina Llanos Jorge, intensivista en el Hospital Quirónsalud Tenerife, hace mucho hincapié en la importancia de la higiene de manos, tanto en la vida cotidiana como, por supuesto, en el ámbito sanitario. Y para que tomemos conciencia de ello, nos facilita los siguientes datos.
¿Sabías que…
- Una adecuada higiene de manos es la forma más sencilla y eficaz que todos tenemos para evitar la propagación de las infecciones que se transmiten a través del contacto.
- En nuestras manos viven más de 150 especies diferentes de bacterias. Además, las manos de las mujeres contienen, por norma general, más gérmenes que las de los hombres. Esto es debido a que la piel masculina es más ácida y esto dificulta su crecimiento.
- Los microbios encargados de causar los resfriados que se diseminan con rapidez a través de las manos al estornudar, toser o frotarse los ojos, también pueden permanecer escondidos bajo las uñas. Por esta razón, al dar la mano a alguien pueden propagarse a otra persona.
- Manipular los alimentos sin una adecuada limpieza de las manos (antes y después de cocinarlos) es una de las causas más frecuentes de diseminación de enfermedades digestivas. Es especialmente importante lavarse tras entrar en contacto con alimentos crudos como el pollo, que puede transmitir la salmonella.
- Según un estudio, hasta un 20% de los trabajadores se ha contagiado de alguna enfermedad infecciosa en su puesto de trabajo. Los lugares donde se han encontrado la mayoría de los gérmenes son:
- Puerta: hasta un 38% de sus superficies están colonizadas por gérmenes
- Botones del ascensor: 20%
- Barandillas: 14,5%
- Los teléfonos móviles y los teclados de los ordenadores tienen hasta 10 veces más bacterias que el asiento de un inodoro público. Las superficies de nuestros móviles son el lugar ideal para que las bacterias se reproduzcan y, hasta un 30% de ellas, se transmite a sus dueños. Por ello, es muy importante lavarse las manos tras hablar por teléfono y evitar su uso durante las comidas.
- Los microorganismos que tenemos de forma habitual en las manos son la flora saprofita, que es la microbiótica normal de la piel y que, por tanto, permanece después de lavarse de manos. Pero también existe la flora transitoria o contaminante, que llega a las manos mediante la contaminación directa o indirecta a través de otras personas o de las superficies; esta se puede eliminar fácilmente con el adecuado lavado de manos.
- Seguir una buena higiene respiratoria consiste en estornudar en pañuelos que podamos desechar y nunca hacerlo en las palmas de las manos para evitar la contaminación de las superficies. Además, es importante toser hacia el codo y cubrirse la boca.