El ibuprofeno es el antiinflamatorio no esteroideo (AINE) más utilizado en España para tratar el dolor de intensidad leve o moderada (incluida la migraña), el tratamiento de la fiebre, el tratamiento de la artritis y artritis reumatoide juvenil, la artrosis, la espondilitis anquilosante, la inflamación no reumática y la dismenorrea primaria.
En función de las condiciones del paciente, el médico pautará la dosis más recomendada y la duración del tratamiento.
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) recomienda no tomarlo si se padece alguna enfermedad grave del hígado o los riñones, si se es alérgico al propio medicamento, si se ha tenido una úlcera o hemorragia de estómago, si se padece una insuficiencia cardiaca grave, si se vomita sangre y durante el tercer trimestre del embarazo.
En este sentido, según la Aemps, los efectos adversos más frecuentes que ocurren con los medicamentos como ibuprofeno son los gastrointestinales (úlceras pépticas, hemorragias digestivas, perforaciones, diarrea, vómitos, náuseas, estreñimiento, sangre en las heces, entre otros).
También pueden darse efectos cardiovasculares. De hecho, estos medicamentos pueden asociarse con un moderado aumento de riesgo de sufrir un ataque cardiaco o cerebral.