Dormir bien, esa sensación placentera que hace que te levantes al día siguiente con ganas de comerte el mundo. Aunque no siempre lo conseguimos. Hay veces que por mucho que se duerma, no se consigue descansar bien del todo, abunda la sensación de cansancio y cuesta mantenerse en pie. Entonces, sufres hipersomnia.
Según explica la Asociación Española de Narcolepsias e Hipersomnias Centrales (AEN), en la mayoría de los casos el paciente no tiene problemas para conciliar el sueño o insomnio, duerme bien, pero no descansa lo suficiente lo que provoca que tenga problemas al levantarse y que le provoque sensación de confusión e irritabilidad.
La falta de sueño y la sensación de estar siempre cansado afecta a los pacientes tanto en su vida personal como laboral.
Existen 4 tipos de hipersomnia diferentes:
- Hipersomnia idiopática con sueño prolongado: este tipo de hipersomnia se da cuando existe mucha dificultad para levantarse y cuando el sueño nocturno dura entre 12 y 14 horas. Se siente hipersomnia durante al menos tres meses, de manera reiterada un día tras otro.
- Hipersomnia idiopática con sueño reducido: a diferencia del anterior, este sueño tiene una duración entre 6 y 10 horas, pero el paciente también siente mucha dificultad por despertarse.
- Sueño insuficiente inducido por el comportamiento: este tipo de hipersomnia viene derivada de comportamientos como el estado de alerta durante toda la noche o la vigilia que acaban provocando que no se alcance la cantidad de sueño necesario.
- Otros tipos de hipersomnias: provocadas por enfermedades neurológicas, por el consumo de medicamentos, drogas o por un trastorno mental.
¿CÓMO PUEDO EVITARLO?
Al igual que sucede con todas los problemas relacionados con el sueño, este también se puede evitar. Los especialistas en neurofisiología recomiendan mantener horarios y rutinas regulares, organizar el tiempo disponible, hacer ejercicio físico durante al menos 3 días a la semana, mantenerse relajado y dedicarse tiempo a uno mismo y olvidarse de las preocupaciones.