Fagofobia: ¿qué es y cómo se trata?

En algunos casos, la fagofobia puede derivar en desinterés por la comida, pérdidas de peso graves o anorexia.

Niño comiendo fruta (Foto. Freepik)
Niño comiendo fruta (Foto. Freepik)
Lorena García - Redactora
2 febrero 2022 | 16:00 h
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La fagofobia se encuentra dentro de la categoría de los trastornos de ansiedad específicos, también llamado fobias específicas. Como el resto de fobias, se caracteriza por la aparición de graves episodios de temor y ansiedad ante la aparición de un estímulo específico. En este caso el miedo se experimenta ante el acto de tragar.

Al igual que el resto de trastornos de ansiedad provocados por un estímulo específico, la persona que padece fagofobia experimenta una fuerte reacción de temor, acompañado de las manifestaciones físicas propias de estados de ansiedad muy elevados.

Las principales características que distinguen a un temor fóbico se concretan en los siguientes puntos:

  • La persona experimenta un miedo y temor desproporcionado en comparación con la amenaza real que supone el estímulo.
  • Se trata de un temor completamente irracional. En muchas ocasiones, el propio paciente es incapaz de encontrar una explicación lógica que justifique su temor.
  • Es un miedo incontrolable, por lo que la persona es incapaz de evitar la aparición de los síntomas fóbicos.
  • Es estable a lo largo del tiempo. Aunque solamente se manifieste ante la aparición o la imaginación del estímulo fóbico, la persona mantiene la fobia a lo largo del tiempo.

En algunos casos, la fagofobia puede derivar en desinterés por la comida, pérdidas de peso graves o anorexia.

Como consecuencia y si no se recibe ningún tipo de tratamiento, el paciente puede llegar a padecer severas complicaciones relacionadas con una alimentación deficitaria. En algunos casos, la fagofobia puede derivar en desinterés por la comida, pérdidas de peso graves o anorexia.

Cuando esta sintomatología física aparece la persona puede experimentar:

  • Incremento de la tasa cardíaca.
  • Aumento de la tasa respiratoria.
  • Sensación de ahogo, asfixia o falta de aire.
  • Aumento de la tensión muscular.
  • Dolor de cabeza.
  • Alteraciones gástricas y dolores estomacales.
  • Aumento de la sudoración.
  • Vértigos o sensación de mareo.
  • Náuseas y/o vómitos.
  • Desmayos.

¿EXISTE UN TRATAMIENTO?

Debido a la peligrosidad de los posibles efectos de esta fobia (pérdida de peso extrema o anorexia), resulta imprescindible que el paciente se someta a una intervención que disminuya la intensidad de los síntomas y que, incluso, haga que remitan por completo.

Existen una serie de tratamientos psicológicos que pueden conseguir que la persona mejore considerablemente. Estas intervenciones incluyen tres tipos de actuaciones diferentes y complementarias.

La primera consiste en una intervención mediante reestructuración cognitiva, la cual permite modificar todos aquellos pensamientos y creencias distorsionadas que la persona posee en relación al acto de tragar. Esta intervención, se acompaña de técnicas de exposición en vivo o desensibilización sistemática, mediante las cuales la persona se expone de manera gradual, en directo o mediante la imaginación, al estímulo temido.

Con el objetivo de disminuir los síntomas físicos propios del enfrentamiento a la situación temida, se realiza un entrenamiento en habilidades de relajación que permite disminuir los niveles de excitación del sistema nervioso y ayuda a la persona a enfrentarse a sus miedos de una manera efectiva.

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