Descompensación horaria, disritmia circadiana, síndrome de los husos horarios o simplemente 'jet lag'. Hay muchas formas de llamar a este trastorno que en muchas ocasiones nos hace cambiar nuestros hábitos de sueño cuando viajamos a una zona con una zona horaria diferente a la nuestra. Por ejemplo, es habitual que si viajamos a Nueva York, debido al cambio horario, los primeros días nuestro sueño este alterado.
Los síntomas más habituales llegan a la hora de irse a dormir: alteración del sueño, como insomnio, despertarse temprano o somnolencia excesiva, fatiga durante el día, dificultad para concentrarse o desenvolverse al nivel habitual, problemas estomacales, estreñimiento o diarrea, sensación general de malestar, cambios en el estado de ánimo.
Normalmente, estos síntomas se presentan cuando se viaja a un lugar en el que se atraviesan al menos dos zonas horarias. Lo primero que debes saber es que existe ninguna forma médica de tratar este problema, sin emabrgo si que puedes adoptar una serie de medidas y consejos que te pueden ayudar a sobrellevar el trastorno.
CONSEJOS
- Antes de viajar. Intenta dormir todo lo que puedas. Además, acompañalo de una dieta sana y ejercicio. Si viajas por cuestiones de trabajo, te recomendamos que llegues al destino uno o dos días antes para que tu cuerpo se adapte.
- Durante el viaje. Si durante tus horas de vuelo, en el sitio de destino es de noche, intentar dormir todo lo que puedas. Si te va a resultar complicado, intenta ayudarte con tapones para los odios o un antifaz. Bebe mucha agua y evita en todo momento las bebidas con cafeina y alcohol.
- Cuando llegues al destino. Evita las siestas siempre que puedas e intenta seguir con tus planes habituales y con tu vida normal. Trata de ajustar tu reloj biológico al horario local, cenando y comiendo regularmente a las horas correspondientes e intentando estar al aire libre durante las horas de luz.