Sertralina pertenece al grupo de medicamentos denominados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS); estos medicamentos se usan para tratar la depresión y/o trastornos de ansiedad. Según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), este fármaco se utiliza para tratar:
Depresión y prevención de la reaparición de depresión (en adultos).
Trastorno de ansiedad social (en adultos).
Trastorno por estrés postraumático (TEPT) (en adultos).
Trastorno de angustia (en adultos).
Trastorno obsesivo compulsivo (TOC) (en adultos, y en niños y adolescentes de 6-17 años).
Al igual que todos los medicamentos, este medicamento puede producir efectos adversos, aunque no todas las personas los sufran.
Entre los efectos adversos muy frecuentes (pueden afectar a más de 1 de cada 10 pacientes) se encuentran: Insomnio, mareo, somnolencia, dolor de cabeza, diarrea, sensación de malestar, boca seca, problemas de eyaculación y fatiga.
Los efectos adversos frecuentes (pueden afectar hasta 1 de cada 10 pacientes):
dolor de garganta, anorexia, aumento de apetito,
depresión, sentirse extraño, pesadillas, ansiedad, agitación, nerviosismo, interés sexual disminuido, rechinamiento de dientes,
entumecimiento y hormigueo, temblor, tensión en los músculos, gusto anormal, falta de concentración,
alteraciones visuales, pitido en los oídos,
palpitaciones, sofocos, bostezos,
dolor abdominal, vómitos, estreñimiento, malestar de estómago, gases,
erupción, aumento de la sudoración, dolor de los músculos, disfunción sexual, disfunción eréctil y dolor en el pecho.