El exceso de azúcar en sangre nunca es bueno. La diabetes es una enfermedad crónica que se produce porque el organismo fabrica poca insulina o está no actúa de la manera adecuada. Tener los niveles de glucosa altos puede provocar problemas en órganos tan básicos como los ojos, los riñones, el corazón o lo vasos sanguíneos.
Los valores normales de glucosa en sangre deben estar entre 70 y 105 mg/dL. Hablamos de hipoglucemia cuando los valores son menores de los establecidos como normales (40-50 mg/dl) y de hiperglucemia cuando se encuentran por encima de 128 mg/dl.
La diabetes gestacional aparece durante el embarazo cuando el cuerpo de la madre no es capaz de generar la insulina necesaria. Existen diferentes factores de riesgo que pueden provocar la aparición de esta enfermedad: tener antecedentes familiares, tener más de 35 años, el sobrepeso, haber dado a luz a un bebé grande con anterioridad o haber tenido un aborto.
Si el valor del test de O’Suvillan es superior a 140 mg/dL entonces se considera que la madre está sufriendo diabetes gestacional.
¿Qué efectos puede provocar en el bebé y la madre? En el caso del feto durante el embarazo, un exceso de azúcar puede provocar que el bebé crezca más y por ello aumentar la dificultad del parte, llegando incluso a tener que practicar cesáreas. Aunque la diabetes gestacional no supone ninguna amenaza para la madre, lo cierto es que debe ser controlada para evitar complicaciones en el parto o el aumento de la presión arterial.
Según explica Sanitas, la diabetes gestacional se detecta con el test de O’ Sullivan. Este test consiste en la determinación de la glucemia plasmática una hora después de la administración de 50gr de glucosa vía oral. Si el valor del test después de la hora es superior a 140 mg/dL se considera que es positivo y que tiene la enfermedad.