Los motivos por los que la boca seca y la diabetes pueden ir de la mano en muchos pacientes son variados. Principalmente, el hecho de que la enfermedad no esté debidamente controlada a través de un tratamiento, aumenta las probabilidades de padecer xerostomía.
Así, una persona diabética suele presentar una diuresis -secreción de orina- mayor, originando una situación de deshidratación. Como te hemos explicado, la falta de insulina provoca el mal funcionamiento de determinados órganos, entre ellos también las glándulas salivares.
Una de las más importantes y de mayor tamaño es la conocida como parótida, situada delante de los oídos. Además, la diabetes también provoca cierta alteración en la composición de la saliva en cuanto a sus niveles de proteínas y glucosa.
Dicha alteración genera una notable reducción en las funciones protectoras de la saliva, que no lubrica los dientes de la forma más efectiva
Dicha alteración genera una notable reducción en las funciones protectoras de la saliva, que no lubrica los dientes de la forma más efectiva. Fruto de esta anomalía, es habitual que la persona presente problemas de sequedad bucal, además de problemas relacionados con enfermedades periodontales.
A pesar de que es un efecto de esta enfermedad en caso de no se trate, debes tener en cuenta que determinados medicamentos también provoca xerostomía. De ser este tu caso, puedes consultar con tu médico la posibilidad de tomar un fármaco alternativo que no provoque sequedad bucal.
Pero si no es posible, te decimos cómo reducir esta molesta sensación:
Evita en la medida de lo posible la ingesta de alcohol y el tabaco.
Mastica chicles o toma caramelos con xilitol, que estimula la producción de saliva.
Bebe abundante agua.
Mantén unas adecuadas rutinas de higiene bucodental en casa.