Cuando llega el verano hay que pensar más en la hidratación de nuestros niños. Y es que, en el caso del niño, al calor ambiental del verano hay que añadir el mayor número de horas que pasan al sol, jugando al aire libre en el parque, en la playa o en la piscina.
Durante estas situaciones el niño juega y se relaciona con sus amigos, lo que casi siempre se acompaña de mayor ejercicio físico, un aspecto éste último que debemos fomentar.
Es precisamente durante la realización del ejercicio físico cuando aumenta la temperatura corporal, aumentando con ello el gasto calórico de manera proporcional. Para compensar este efecto hay un incremento de la circulación en la piel y una producción de sudor que pretende disipar este calor. La cantidad de sudor depende además de la humedad ambiental y del tipo de tejido o ropa que lleve el niño.
El niño debe beber una cantidad adecuada de agua y bebidas diariamente que oscila entre 0,6 litros en el primer año de vida y los 1,8-2,6 litros en la adolescencia
Por todo ello, en verano debemos cuidar aún más la hidratación correcta de nuestros niños porque la temperatura ambiental es mayor, los niños están más tiempo al aire libre y tienen mucha mayor actividad física.
¿CUÁNTA AGUA NECESITA UN NIÑO?
El niño debe beber una cantidad adecuada de agua y bebidas diariamente que oscila entre 0,6 litros en el primer año de vida y los 1,8-2,6 litros en la adolescencia.
Cuanto menor es el niño menor capacidad de expresar el deseo de la sed, por lo que le ofreceremos agua sin forzar, sobre todo si la temperatura ambiental es elevada como en el verano.