Los meses de enero y febrero, son los meses más críticos en los que más resfriados y gripes se desarrollan. El frío hace que comiencen a aparecen los síntomas más comunes como el dolor de garganta, la tos, la fiebre o incluso la mucosidad y a consecuencia de ello siempre se opta por recurrir al uso de antibióticos para intentar frenar sus efectos.
En muchas ocasiones, se hace incluso sin consultar previamente al doctor o médico de familia, sin embargo este tipo de practicas no esta recomendada, ya que los antibióticos no siempre están recomendados para tratar todo tipo de dolor o enfermedad.
Según explican desde el Centro para el control y prevención de enfermedades (CDC), los antibióticos solo tratan ciertas infecciones causadas por bacterias, como: infección de garganta por estreptococos, tosferina o una infección urinaria. Son necesarios también para tratar afecciones potencialmente mortales causadas por bacterias.
¿Y en que situaciones no está recomendado tratarlo? En las siguientes situaciones, en las que tienen que actuar frente a virus, no estaría recomendado:
Resfriados y moqueos, incluso si la mucosidad es espesa, de color amarillo o verde
La mayoría de los dolores de garganta (excepto la infección de garganta por estreptococos)
Influenza
La mayoría de los casos de resfriados del pecho (bronquitis)
Tampoco se recomiendan para tratar las infecciones de oído e infecciones de los senos parasanales.
USAR SOLO CUANDO ES NECESARIO
Los antibióticos son importantes para tratar infecciones y por eso solamente se deben utilizar cuando la situación del paciente lo requiera. Cada vez esta más extendido el uso de antibióticos de manera individual y sin necesidad de preguntar al médico. Esto solamente hace que estos pueden tener efectos secundarios y contribuir a la resistencia a los antibióticos.