El azúcar en sangre es la principal fuente de energía del cuerpo. Es importante porque se puede convertir de forma rápida en energía y porque el cerebro y los nervios necesitan un suministro constante. Al producirse con la digestión de los alimentos, los niveles de glucosa en sangre, a los que clínicamente se denomina glucemia, varían a lo largo del día, oscilando entre concentraciones de 70 y 145 miligramos por decilitro de sangre.
Lo recomendable es que la glucemia se mida al levantarse por la mañana y antes del desayuno y se considera normal si los niveles de glucosa que se sitúan entre los 70 y 100 mg/dl en ayunas y en menos a 140 mg/dl dos horas después de cada comida.
- Cuando los niveles son bajos. Generalmente por debajo de 72 mg/dl, podemos experimentar lo que se conoce como hipoglucemia. Entre los principales sintomas se pueden encontrar la palidez del rostro, debilidad, sensación de mareo, palpitaciones, mareos o nerviosismo.
- Cuando los niveles son altos. A este proceso se le denomina hiperglucemia. Ocurre cuando el cuerpo no tiene suficiente insulina. Cuanto mayor sea el tiempo que nuestro cuerpo esta con niveles bajos de insulina, mayor será el riesgo de surfrir otros problemas. Entre sus síntomas más frecuentes estan: ganas frecuentes de orinar, aumento de la sed, fatiga o dolor de cabeza.