El infarto de miocardio es la necrosis -o muerte de las células- de un órgano o parte de él por falta de riego sanguíneo debido a una obstrucción o estenosis (estrechez) de la arteria correspondiente.
''Casi la totalidad de los infartos de miocardio son consecuencia del desarrollo previo de arteriosclerosis coronaria, un proceso crónico y progresivo consistente en la obstrucción de las arterias coronarias por placas rellenas de colesterol (placas de ateroma). La ruptura súbita de una de las placas de ateroma tiene como consecuencia la formación de un pequeño coágulo (trombo) sobre su superficie, el cual obstruye totalmente el paso de sangre a lo largo de la arteria con la subsiguiente falta de riego y muerte de una zona del corazón'', según la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).
El infarto de miocardio es la necrosis -o muerte de las células- de un órgano o parte de él por falta de riego sanguíneo debido a una obstrucción o estenosis (estrechez) de la arteria correspondiente
Tal y como destaca el Hospital Quirónsalud Barcelona, ''en la mayoría de ocasiones no se presentan todos los síntomas, sino una combinación variable de algunos de ellos: habitualmente dolor tipo peso en la zona del esternón que no se modifica con los movimientos ni con la respiración, bastante intenso y en ocasiones se irradia hacia mandíbula, cuello y espalda, brazo izquierdo, y en algunos casos brazo derecho. Se puede asociar a sudor frío y mareo''.
''Otras veces se manifiesta con dolor en la parte alta del abdomen, dificultad para respirar, ganas de vomitar y pérdida de conocimiento'', añade la Fundación Española del Corazón.
''Los infartos suelen producirse en aquellos pacientes con factores de riesgo para el desarrollo de arteriosclerosis, como: edad avanzada, sexo masculino, elevación del colesterol malo (LDL), descenso del colesterol bueno (HDL), tabaquismo, diabetes e hipertensión arterial'', manifiesta la SEMI.
''Ante un paciente con síntomas sugestivos de infarto se le debe realizar un electrocardiograma y diversos análisis de sangre de forma inmediata. El electrocardiograma puede demostrar alteraciones que permiten clasificar al infarto como infarto con elevación del ST o sin elevación del ST, con un pronóstico y tratamiento distintos. Los análisis de sangre demuestran un aumento de la concentración de la CPK-MB y de la troponina, unas sustancias procedentes del corazón que se elevan cuando hay daño de las células cardiacas'', detalla la SEMI.