La patata es un alimento que se lleva utilizando por todas las culturas desde tiempos ancestrales. Y es que, tal y como detallan desde la Fundación Española del Corazón, además de ser un alimento muy saludable, resulta muy versátil a la hora de preparar recetas.
En este sentido, en la composición de la patata cabe destacar el contenido en hidratos de carbono, mayoritariamente en forma de almidón y una pequeña proporción como glucosa, fructosa y sacarosa. El ser uno de los vegetales con mayor contenido en almidón explica su aporte calórico (88 kcal/100 g de patatas). La fibra está presente en cantidades discretas.
La cantidad vitamina C contenida en una patata cruda de tamaño medio equivale al 46% de las ingestas recomendadas para hombres y mujeres de 20 a 39 años con una actividad física moderada
Asimismo, según la Fundación Española de la Nutrición (FEN), es fuente de vitamina C, si bien una parte considerable de la misma puede perderse durante el proceso de cocción. Para preservar su contenido, es recomendable cocinarlas al vapor o al horno (envueltas en papel de aluminio).
La cantidad vitamina C contenida en una patata cruda de tamaño medio equivale al 46% de las ingestas recomendadas para hombres y mujeres de 20 a 39 años con una actividad física moderada. Otros aportes como los de la vitamina B6, cubren el 21% de las ingestas recomendadas para este grupo de población.
Añade la FEN, además, que la patata aporta minerales como el potasio. Este contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso y de los músculos. La patata también aporta carotenoides, siendo la violaxantina, anteraxantina, luteína, los más abundantes, mientras que la neoxantina, beta-criptoxantina, zeaxantina y b-carotenos se encuentran en cantidades menores.