La calabaza es una hortaliza que se utiliza como objeto decorativo en Halloween, la noche más terrorífica del año. Sin embargo, lo que muchos no saben es que tiene numerosas propiedades para la salud.
Según la Fundación Española de la Nutrición (FEN), las principales variedades son: la calabaza de verano, de piel clara y fina y semillas blandas, con un periodo de conservación corto; y la calabaza de invierno, más dulce, pero más seca que la de verano, con menor con tenido de agua y piel más gruesa.
La calabaza es rica en fibra (soluble, que produce un efecto saciante y laxante), hidratos de carbono y potasio
En este sentido, ''es rica en fibra (soluble, que produce un efecto saciante y laxante), hidratos de carbono y potasio. También contiene calcio, magnesio, vitamina A, C, E y betacaroteno; este último es el responsable del color anaranjado de la calabaza'', destaca la Fundación Española del Corazón.
También es un antioxidante que ayuda a eliminar radicales libres previniendo el envejecimiento celular y, además, tiene gran importancia en la dieta porque es un precursor de la vitamina A (también provitamina A).
''Gracias a su alto contenido en fibra y agua (el 90% de su composición), además de tener efecto saciante, favorece el tránsito intestinal y la diuresis'', detalla Laura Parada, nutricionista de Slow Life House, que añade que ''con solo 29 calorías por cada 100 g, la calabaza es una estupenda aliada a la hora de seguir dietas de control de peso''.