Los aceites vegetales cada vez se usan más en cosmética, tanto como parte de la composición de cremas y otros productos, como por sí solos, por sus numerosos beneficios.
Según la farmacéutica Rocío Escalante, titular de Arbosana Farmacia y experta en dermofarmacia, los aceites de origen vegetal están formados por ácidos grasos y contienen también vitaminas. Se emplean por su función emoliente, para mejorar la función barrera, y también por otras acciones: cicatrizantes, calmantes, antiinflamatorias, antioxidantes… Entre ellos algunos de los más utilizados en cosmética son los aceites de argán, jojoba y rosa mosqueta.
Previene el envejecimiento prematuro y favorece la elasticidad y firmeza de la piel, ya que mejora la síntesis de colágeno
El aceite rosa mosqueta, por ejemplo, se obtiene a partir de las semillas de la planta rosa mosqueta que crece principalmente en la cordillera de los Andes entre Chile y Argentina.
Su composición, rica en ácidos grasos esenciales, pero también en vitaminas A, C o B1 y B2, y antioxidantes, le otorgan al aceite de rosa mosqueta enormes beneficios para la piel. Es un potente regenerador, ayudando en el proceso de cicatrización, y minimizando marcas en la piel, incluidas las estrías y las marcas del acné.
Asimismo, nutre en profundidad la piel, combatiendo las arrugas y líneas de expresión. Suaviza y reduce las manchas en la piel. Previene el envejecimiento prematuro y favorece la elasticidad y firmeza de la piel, ya que mejora la síntesis de colágeno.