La calidad y la cantidad del sueño de un niño es un aspecto que afecta al bienestar de todos los miembros del hogar. Cuando él duerme, los padres descansan. Y eso es algo de vital importancia, tanto para el niño como para los padres.
Los recién nacidos aún no tienen sus relojes internos desarrollados y suelen dormir de 16 a 20 horas, con interrupciones cada 3 o 4 horas como media para alimentarse. A medida que van creciendo el promedio de horas de sueño va disminuyendo, ya que también ellos mismos comienzan a hacer más cosas. Así, por ejemplo cuando tienen 3 meses suelen dormir 5 horas durante el día y 10 horas durante la noche. A partir de los 6 meses, un niño puede dormir siestas de 3 horas durante el día y dormir aproximadamente 11 horas durante la noche.
CONSEJOS QUE SEGUIR A LA HORA DE DORMIR
Desde Sanitas, dan las claves para ayudar a favorecer el sueño del bebé en las noches en las que les cuesta más conciliar el sueño.
- Bañar al niño antes de acostarlo, relajarle con un masaje, cantarle una nana o narrarle un cuento, sin distintas maneras de calmarle y favorecer el sueño. Además repitiendo todas las noches los mismos rituales, el niño identificará la noche con la hora de dormir y el día con la hora de jugar.
- El mejor ambiente para dormir. El sueño diurno debe tener lugar en una habitación levemente iluminada con luz natural, y el sueño nocturno en una habitación oscura y silenciosa. Poco a poco, el bebé aprenderá a distinguir entre el día y la noche. Si después de la siesta se habla y juega un rato con él, y por la noche no se le proporciona ningún tipo de entretenimiento, el bebé aprenderá a distinguir entre el momento del sueño y el de la vigilia.
La buena calidad del sueño es fundamental para preservar el descanso del bebé y de los padres
- Si se despierta por la noche y llora. Esperar algunos minutos antes de ir a verles, porque puede que vuelva a dormirse. Si se va demasiado rápido, no aprenderá a calmarse solo.
- Si no se duerme, se comprobará que esté todo en orden. Que no hace frío o calor en su cuarto, que no tiene hambre, que está seco, etc. Se tendrá que ser rápidos a la hora de ayudarle y resolver sus necesidades y procurar no encender la luz para no desvelarle. Las luces de enchufes que se quedan encendidas toda la noche, sirven de consuelo a los niños y son de gran utilidad para los padres.
- Si el llanto persiste, se tratará de calmarlo dándole palmaditas en la espalda. Se intentará no sacarle de la cuna. Si el bebé está bien, tal vez sólo necesite llorar un poco para quedarse dormido. Hay que tener paciencia.