Llevar un estilo de vida saludable y realizar ejercicio físico son dos aspectos fundamentales que ayudan a mantener la frecuencia cardiaca en sus niveles óptimos.
Según la Fundación Española del Corazón, la frecuencia cardiaca es el número de veces que se contrae el corazón durante un minuto. Para el correcto funcionamiento del organismo es necesario que el corazón bombee la sangre hacia todos los órganos, pero además lo debe hacer a una determinada presión (presión arterial) y a una determinada frecuencia.
La frecuencia cardiaca normal en reposo oscila entre los 50 - 60 y los 100 latidos por minuto, aunque con diferencias según las características fisiológicas de cada persona.
La frecuencia cardiaca normal en reposo oscila entre los 50 - 60 y los 100 latidos por minuto
Medir y controlar las pulsaciones no es complicado y resulta de vital importancia especialmente en personas hipertensas o que padecen alguna dolencia cardiaca.
La frecuencia cardiaca se mide tomando el pulso en la muñeca y tal y como explica la Sociedad Española de Cardiología y debido a que varía con la actividad, siempre debemos medirla sentados, en reposo y en un ambiente templado. Además, se recomienda no haber consumido cafeína en las horas previas a la medición.
Dependiendo de la edad, el sexo y el ejercicio físico la frecuencia cardiaca es diferente.