En España, la edad promedio de la menopausia se sitúa alrededor de los 51 años. La menopausia precoz, aunque es poco frecuente, se da antes de los 40 años. También se pueden dar casos de mujeres con 54-56 años que siguen teniendo sus reglas regulares, pero más allá de esa edad no es lo habitual.
Según el doctor Manuel Albi, jefe del departamento de Obstetricia y Ginecología de los Hospitales Públicos gestionados por Quirónsalud en Madrid, con la menopausia se pueden dar síntomas generales, debidos al déficit de la función de estrógenos: sofocos, enrojecimiento del rostro, sudores… Estos, a su vez, pueden asociarse al insomnio e irritabilidad.
Por otro lado están los síntomas locales: pérdida de calidad de la mucosa, de la piel de los genitales externos. Atrofia de la piel de la vulva y la vagina que se manifiesta como sequedad, escozor…
Por último, están ''otros síntomas que se relacionan con el envejecimiento. Por ejemplo, las mujeres menopáusicas pueden ser más hipertensas, pero porque hay más mujeres hipertensas a partir de los 60 que de los 25'', concluye el doctor Manuel Albi.
Para aquellas mujeres que les cueste beber agua se propone tomar infusiones o caldos vegetales, ya que así se conseguirá una mayor eliminación de líquidos ya que se tiende a retener más durante la menopausia
Para paliar los efectos de la menopausia, desde Clínica Opción Médica destacan que es importante que la mujer sea consciente de que tiene nuevas necesidades nutricionales.
Por ello, recomiendan aumentar el consumo de líquidos, sobre todo de agua. Para aquellas mujeres que les cueste beber agua se propone tomar infusiones o caldos vegetales. Así se conseguirá una mayor eliminación de líquidos ya que se tiende a retener más durante la menopausia.
También aconsejan elegir cocciones ligeras: hervido, vapor, horno plancha o microondas; usar aceite de oliva virgen con moderación; y planificar las comidas con antelación, ya que llevar una programación de la dieta puede ayudar a comer lo que debemos.
Por otro lado, en Clínica Opción Médica también detallan que se deben priorizar siempre las proteínas de origen vegetal como las legumbres, que deberían estar presentes de 2 a 4 veces por semana; aumentar el consumo de proteínas magras como el huevo o el pescado blanco y azul; y tomar todos los cereales integrales.