La anestesia general es una combinación de medicamentos que te ponen en un estado similar al sueño antes de una cirugía u otro procedimiento médico. Con la anestesia general, no sientes dolor porque estás completamente inconsciente.
Antes de someterse a la anestesia, el paciente tiene una cita con el anestesiólogo, un médico especializado cuya función es supervisar que las funciones vitales del cuerpo funcionan y la respiración es correcta.
En términos generales, la anestesia es un procedimiento que no supone riesgos, ya que tal y como aseguran los especialistas es “muy segura”. La mayoría de las personas, incluso quienes tienen enfermedades importantes, pueden someterse a la anestesia general sin tener problemas graves.
Tal y como señalan desde MayoClinic, las personas adultas que se someten a este tipo de intervenciones con anestesia general y tienen problemas médicos graves, son quienes tienen mayor posibilidades de sufrir una confusión después de la operación. Estos son algunos de los trastornos específicos que pueden aumentar el riesgo de complicaciones durante una cirugía:
- Tabaquismo
- Convulsiones
- Obesidad
- Presión arterial alta
- Diabetes
- Accidente cerebrovascular
- Otras enfermedades que afectan el corazón, los pulmones o los riñones
- Medicamentos, como la aspirina, que pueden aumentar el sangrado
- Antecedentes de consumo excesivo de alcohol.
- Alergias a medicamentos
- Antecedentes de reacciones adversas a la anestesia